Biografía.
Hijo natural de Sancho el Mayor, rey de Pamplona, y una
joven llamada Sancha de Aibar o Aybar, de la nobleza de las tierras de Aibar.
Después de la muerte de Sancho el Mayor, heredó el trono su
hijo primogénito legítimo García Sánchez III el de Nájera, que gobernaba en
todo el territorio paterno. A su hermano Ramiro se había adjudicado la honor
del espacio aragonés, y se proclamó baile en las tierras del Aragón que había
recibido de su padre con trono en Jaca. Muy pronto se enfrentaron en la batalla
de Tafalla y Ramiro inició una dinastía nueva en el reciente reino de Aragón
tras usurpar los derechos de Gonzalo, que regía las rentas reales en Sobrarbe y
Ribagorza.
Ramiro había sido el primer varón nacido de Sancho el Mayor
pero era un hijo natural, fuera del matrimonio legítimo, con lo que quedó
apartado de la primogenitura. Sin embargo nunca se consideró hijo bastardo,
pues toda la documentación de la época se refiere a él como regulus, el mismo
tratamiento que recibieron sus hermanos menores, y creció en la corte con su
madre Sancha, tutora de Sancho III durante su minoría de edad entre 1004 y
1011, periodo en el que fue concebido Ramiro.
En su documentación auténtica el monarca aragonés se tituló
como Ramiro, hijo del rey Sancho, sin usar el título de rey, pero no se
consideró carente de legitimidad regia y actuó en todo momento ejerciendo a
todos los efectos la potestas regia. En cualquier caso, recibió la fidelidad de
los condes, barones y señores aragoneses en los que apoyó su autoridad. Aunque
él mismo no se tituló rey, sí lo hicieron sus coetáneos, en documentos tanto
aragoneses como navarros y castellanos. Aparece en ellos citado como rex
Ranimirus, Ranimiri regis o meo regi entre otras expresiones. Así fue
considerado por sus vasallos, reyes contemporáneos a Ramiro I y notarios. Los
reyes de Pamplona García Sánchez III y Sancho Garcés IV el de Peñalén también
le otorgarán el título de rey. Del mismo modo lo considerará su hijo y heredero
Sancho Ramírez, al roborar como ego Sancius Raminiro regis filio 'yo Sancho
hijo del rey Ramiro'.
Sentó las bases del que sería el Reino de Aragón
garantizando la sucesión de su linaje al casar con Ermesinda, hija de Bernardo
Roger, conde de Foix-Bigorra, en 1036, con la que tuvo a Sancho Ramírez, a
García Ramírez (que posteriormente sería obispo de Jaca) y tres hijas más,
Sancha, Urraca y Teresa. Con ello la continuidad dinástica estaba garantizada.
Con el tiempo fue rodeándose de nobles de su confianza, a
los que asignó tenencias en castillos estratégicos. Reafirmó, además, la figura
del obispo de Aragón —aragonensis episcopus—, al que otorgó un monasterio, San
Adrián de Sásabe y un cuantioso patrimonio, para ganarse el favor de la
prelatura en su tarea de consolidación del poder.
Tras hacerse con el control a partir de 1043 de los condados
de Sobrarbe y Ribagorza a la muerte de su hermano Gonzalo, que nunca habitó en
aquellos territorios, tuvo que entrar en pugna por los ricos territorios
musulmanes a los que se accedía a través la vía natural de la cuenca del Cinca.
Las sustanciosas parias que pagaba el rey taifa de Saraqusta para evitar el
ataque cristiano se las disputaban además de Aragón, el conde de Urgel, el de
Pallars y el conde de Barcelona Ramón Berenguer I.
Para frenar el empuje de Ramón Berenguer de Barcelona,
Ramiro I acordó un doble matrimonio de su hija Sancha con Ermengol III de
Urgel, y de Isabel, hija del conde urgelino, con su propio hijo primogénito
Sancho Ramírez, el heredero al trono de Aragón. De este modo el Condado de
Urgel y el Reino de Aragón establecen una sólida alianza, y la unión de sus
fuerzas permitió a Ramiro conquistar los castillos de Laguarres, Lascuarre,
Capella, Caserras, Falces, Luzás, Viacamp y Benabarre, con lo que impedía a
Ramón Berenguer I —que había comprado castillos en la zona, en tierras que los
condes catalanes reconocieron pertenecer al condado de Ribagorza como parte del
reino de Aragón— el acceso al Cinca. La tenencia de Benabarre fue entregada al
vizconde de Tost Arnal Mir, quien también se había convertido en aliado del rey
aragonés.
Estos avances le hicieron concebir la idea de dar el asalto
a la poderosa fortaleza de Graus, que el rey de Zaragoza Al-Muqtadir fue a
defender en persona al frente de un ejército que incluía un contingente de
tropas castellanas al mando de Sancho, el futuro Sancho II de Castilla, que
pudo contar en su mesnada con el joven caballero Rodrigo Díaz, conocido
posteriormente como «El Cid». Al-Muqtadir primeramente perdió las plazas de
Torreciudad y Fantova, al norte de Barbastro, y la balanza parecía inclinarse
del bando cristiano, pero finalmente consiguió rechazar a los aragoneses que
perdieron en esta batalla a su rey, al parecer asesinado por un soldado árabe,
llamado Sadaro o Sadada, que hablaba romance y que, acercándose al real de
Ramiro I disfrazado de cristiano, le clavó una lanza en la frente. Murió ante
las puertas de Graus el 8 de mayo de 1063.
Pese a la muerte de Ramiro I, su sucesor Sancho Ramírez y
Ermengol III de Urgel continuaron con un proyecto emprendido por el difunto rey
y que contó con el apoyo del papa, que convocó a tropas francesas para
emprender la cruzada de Barbastro que acabó con éxito en 1064. La importante
ciudad musulmana pasó a formar parte del Reino de Aragón y su gobierno fue
confiado como tenencia a Ermengol III. Pero la permanencia en poder cristiano
fue efímera, pues un año después sería reconquistada por la taifa de Zaragoza.
En 1065 murió el conde de Urgel en tierras de al-Ándalus, probablemente en
Monzón
Citas Célebres:
“Una corazonada es la creatividad tratando de
decirte algo.”
"Las cosas no valen sino lo que se las
hace valer."
“Dejadlos murmurar, pues nos dejan mandar.”
“El pensamiento no es más que un relámpago en
medio de una larga noche. Pero ese relámpago lo es todo.”
"Después de todo, tú eres la única
muralla, si no te saltas nunca darás un solo paso."
“Es más deseable cultivar el respeto al bien
que el respeto a la ley.” .
“El odio es pasión más viva que la amistad.” .
“La primera virtud es la de frenar la lengua;
y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse.”
“El amor no es más que un deleite; el honor es
un deber.” .
“Los que no tienen hijos ignoran muchos
placeres, pero también se evitan muchos dolores.”
“La teoría es el capitán y la práctica, el
soldado.”
“No trateis de guiar al que pretende elegir
por sí su propio camino.”
“Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede
lamentarse, pero no rehacerse.” .
“La paciencia comienza con lágrimas, y, al
fin, sonríe.”
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