Defunción y
sepultura.
Fernando I llegó a León el día de Nochebuena de 1065 y su
primera visita fue para la iglesia de San Isidoro, encomendándose a los santos
para que le auxiliaran en su tránsito a la otra vida. Aquella noche acompañó en
el coro a los clérigos, salmodiando los maitines en rito mozárabe, y al clarear
el día de Navidad vio que la vida se le acababa. Comulgó en la Santa Misa,
siguiendo el rito, bajo las dos especies, y a continuación fue llevado en
brazos al lecho. Al amanecer del día 26, viendo aproximarse su final, hizo
venir a obispos, abades y clérigos, mandó que le vistieran el manto regio, le
colocasen la corona y le trasladasen a la iglesia. Hincó las rodillas ante el
altar con las reliquias de san Isidoro y san Vicente, y oró y suplicó a Dios
que acogiese su alma en paz:
Tuyo es el poder, tuyo es el reino, Señor. Encima estás de
todos los reyes y a ti se entregan todos los reinos del cielo y la tierra. Y de
ese modo el reino que de ti recibí y goberné por el tiempo que Tú, por tu libre
voluntad quisiste, te lo reintegro ahora. Te pido que acojas mi alma, que sale
de la vorágine de este mundo, y la acojas con paz.
Después se despojó de manto y corona, se tendió en el suelo
y se sometió a la ceremonia de la penitencia pública, vistiendo un sayal y
recibiendo la ceniza sobre su cabeza. Al mediodía del día siguiente, 27 de
diciembre de 1065, festividad de san Juan Evangelista, el rey falleció rodeado
de obispos, tras un reinado de veintisiete años, seis meses y doce días, a unos
55 años de edad, que pocos rebasaban en aquel tiempo y que el cronista juzgó
«buena vejez y plenitud de días».
Fue enterrado en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León
que él había construido, junto a la supuesta tumba de su padre, Sancho el
Mayor, Rex Pirinaeorum montium et Tolosaeb Sobre la tapa de su sepulcro
esculpieron el siguiente epitafio latino:
H. E. TUMULATUS FERNANDUS MAGNUS REX TOTIUS HISPANIAE.
FILIUS SANCTII REGIS PIRENAEORUM ET TOLOSAE. ISTA TRANSTULIT CORPORA. SANCTORUM
IN LEGIONE BEATI ISIDORI ARCHIEPISCOPI AB HISPALI VICENTIIMARTYRIS AB ABELA. ET
FECIT ECCLESIAM HANC LAPIDEAM. QUAE OLIM FUERAT LUTEA, HIC PRAELIANDO FECIT
SIBI TRIBUTARIOS OMNES SARRACENOS HISPANIAE ET CEPIT COLIMBRIAM, LAMEGO, VESEO,
ET ALIAS. ISTE VI CEPIT REGNA GARSIAE ET VEREMUDI. OBIIT VI K. JANUARII. ERA
MCIII.
Que traducido al castellano viene a decir:
Aquí está enterrado Fernando Magno, rey de toda España, hijo
de Sancho rey de los Pirineos y Tolosa. Trasladó a León los cuerpos santos de
san Isidoro arzobispo, desde Sevilla, y de Vicente mártir, desde Ávila, y
construyó esta iglesia de piedra, la que en otro tiempo era de barro. Hizo
tributarios suyos, con las armas, a todos los sarracenos de España. Se apoderó
de Coímbra, Lamego, Viseo y otras plazas. Se adueñó por la fuerza de los reinos
de García y Vermudo. Falleció el 27 de diciembre de (la era) 1103.
A su muerte, en vez de respetar el derecho visigodo y leonés
que impedía dividir las posesiones reales entre los herederos, siguió los
principios jurídicos navarros de considerar al reino como un patrimonio
familiar. Así, de forma similar a cómo hiciera su padre con él y el resto de
hermanos y hermanastros, repartió en su testamento sus territorios entre todos
sus hijos: su primogénito Sancho heredó Castilla, que se convirtió así en reino,
y las parias de Zaragoza; su favorito, Alfonso, recibió el reino principal y
predominante, León, y las parias de Toledo; García, Galicia y Portugal con
título real y las parias de Badajoz y Sevilla; a su hija Elvira le correspondió
el señorío de la ciudad de Toro y a Urraca el de Zamora, obteniendo ambas el
título real y un importante patrimonio económico: el señoraje de todos los
monasterios del reino.
Matrimonio y
descendencia
Contrajo matrimonio con Sancha de León, hija de Alfonso V de
León y hermana de Bermudo III de León. De esta unión nacieron:
##Urraca de Zamora (c. 1033–1101), señora de Zamora.
##Sancho (1038–1072), rey de Castilla como Sancho I, y de
León como Sancho II (1065–1072).
##Elvira, (m. 1101), señora de Toro.
##Alfonso (1040–1109), rey de León (1065–1072), Castilla y
Galicia (1072–1109), como Alfonso VI.
##García (1042–1090), rey de Galicia (1066–1071 y
1072–1073), como García II.
Conde de Castilla:
1028 – 1037.
Predecesor: García Sánchez.
Sucesor: Se convierte
en Rey de León.
Rey de León 1037 – 1065.
Predecesor: Bermudo III.
Sucesor:
·
Alfonso (Rey de León)
·
Sancho (Rey de Castilla)
·
García (Rey de Galicia)
Nacimiento: c. 1016.
Fallecimiento: 27 de diciembre de 1065 en León.
Entierro: Panteón de Reyes de San Isidoro de León.
Familia:
Dinastía: Dinastía Jimena.
Padre: Sancho Garcés III de Pamplona.
Madre: Muniadona de Castilla.
Consorte: Sancha de León.
Descendencia:
·
Urraca
·
Sancho
·
Alfonso
·
Elvira
·
García
Citas Célebres:
“No hay que confundir nunca el conocimiento
con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos
ayuda a vivir.”
“Vale más saber alguna cosa de todo, que
saberlo todo de una sola cosa.”
“Si quieres ser sabio, aprende a interrogar
razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar
cuando no tengas nada que decir.”
“El ignorante afirma, el sabio duda y
reflexiona.”
“El hombre sabio no debe abstenerse de
participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a
los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos.”
“La belleza exterior no es más que el encanto
de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.”
“Mira dos veces para ver lo justo. No mires
más que una vez para ver lo bello.”
“Es cierto que el amor conserva la belleza y
que la cara de las mujeres se nutre de caricias, lo mismo que las abejas se
nutren de miel.”
“Cuando todos los días resultan iguales es
porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida
cada vez que el sol cruza el cielo.”
“Los monos son demasiado buenos para que el
hombre pueda descender de ellos.”
“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento
tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.”
“Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente
llega a sospechar de la maldad de los otros.”
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