Últimos días y fusilamiento.
Colombia y México, cuyos embajadores previeron que el poeta
pudiera ser víctima de un atentado debido a su puesto de funcionario de la
República, le ofrecieron el exilio, pero Lorca rechazó las ofertas y se dirigió
a la Huerta de San Vicente para reunirse con su familia. Llegó allí el 14 de
julio de 1936, tres días antes de que estallara en Melilla la sublevación
militar contra la República. El día 20, el centro de Granada estaba en poder de
las fuerzas falangistas y el cuñado de Federico y alcalde de la ciudad, Manuel
Fernández-Montesinos, fue arrestado en su despacho del ayuntamiento. Sería
fusilado un mes más tarde.
En esos momentos políticos alguien le preguntó sobre su preferencia política y él
manifestó que se sentía a su vez católico, comunista, anarquista, libertario,
tradicionalista y monárquico. De hecho nunca se afilió a ninguna de las
facciones políticas y jamás discriminó o se distanció de ninguno de sus amigos,
por ninguna cuestión política. Conocía al líder y fundador de la Falange
Española, José Antonio Primo de Rivera, muy aficionado a la poesía.
En Granada buscó refugio en casa de la familia de su amigo
el poeta Luis Rosales, donde se sentía más seguro ya que dos de sus hermanos,
en los que confíaba, eran destacados falangistas.9 A pesar de ello, el 16 de
agosto de 1936, se presentó allí la Guardia Civil para detenerlo. Acompañaban a
los guardias Juan Luis Trescastro Medina, Luis García-Alix Fernández y Ramón
Ruiz Alonso, exdiputado de la CEDA, que había denunciado a Lorca ante el
gobernador civil de Granada José Valdés Guzmán. Valdés consultó con Queipo de
Llano lo que debía hacer, a lo que este le respondió: «Dale café, mucho café».
Según el historiador Ian Gibson, se acusaba al poeta de «ser espía de los
rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando
de los Ríos y ser homosexual». Fue trasladado al Gobierno Civil, y luego al
pueblo de Víznar donde pasó su última noche en una cárcel improvisada, junto a
otros detenidos.
Después de que la fecha exacta de su muerte haya sido objeto
de una larga polémica, parece definitivamente establecido que Federico García
Lorca fue fusilado a las 4:45 h de la madrugada del 18 de agosto, en el camino
que va de Víznar a Alfacar. Su cuerpo permanece enterrado en una fosa común
anónima en algún lugar de esos parajes, junto con el cadáver de un maestro
nacional, Dióscoro Galindo, y los de los banderilleros anarquistas Francisco
Galadí y Joaquín Arcollas, ejecutados con él. Trescastro presumiría después de
haber participado personalmente en los asesinatos, recalcando la homosexualidad
de Lorca. La fosa se encuentra en el paraje de Fuente Grande, en el municipio
de Alfacar.
El 23 de abril de 2015 se hizo público un informe policial
basado en una investigación realizada en 1965, que corroboraba la ejecución de
Lorca por las autoridades franquistas. En el informe se le acusaba de
«socialista», amigo de Fernando de los Ríos, y «masón, perteneciente a la logia
'Alhambra', en la que adoptó el nombre simbólico de 'Homero'», y le atribuía
«prácticas de homosexualismo y aberración». También afirma que fue condenado a
muerte tras «haber confesado», aunque no especifica qué habría confesado. El
informe está fechado el 9 de julio de 1965, y fue redactado por la 3.ª brigada
regional de investigación social de la Jefatura Superior de la Policía de Granada
a petición de la hispanista francesa Marcelle Auclair, aunque nunca obtuvo
respuesta, ya que el informe fue ocultado por la dictadura franquista.
Después de su muerte.
Después de su muerte se publicaron Primeras canciones y Amor
de Don Perlimplín con Belisa en su jardín.
Una de las obras más estremecedoras sobre el hecho de su
muerte es el poema «El crimen fue en Granada», escrito por Antonio Machado en
1937. En el otro bando, el periódico falangista de San Sebastián, Unidad,
publicó el 11 de marzo de 1937, una sentida elegía firmada por Luis Hurtado
Álvarez y titulada «A la España imperial le han asesinado su mejor poeta».
Una de las biografías sobre Federico García Lorca más
documentadas, controvertidas y populares es el best-seller publicado en 1989 y titulado
Federico García Lorca: A life (Vida pasión y muerte de Federico García Lorca,
edición en español en 1998), del hispanista de origen irlandés Ian Gibson.
En 2009, en aplicación de la ley para la recuperación de la
memoria histórica aprobada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se
abrió la fosa donde supuestamente descansaban los restos del poeta, sin
encontrarse nada.
En mayo de 2012 salió a la luz su última carta, dirigida a
su amigo íntimo, el escritor y crítico Juan Ramírez de Lucas.
En 2014 se iniciaron trabajos de localización de la fosa
donde fue enterrado y de identificación de cuerpos, aunque dada la negativa de
la familia del poeta parece improbable la exhumación de su cuerpo.
Estilo
Los símbolos: de acuerdo con su gusto por los elementos
tradicionales, Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren
muy frecuentemente a la muerte aunque, dependiendo del contexto, los matices
varían bastante. Son símbolos centrales en Lorca:
La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su
significación más frecuente es la de muerte, pero también puede simbolizar el
erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está
estancada, representa la muerte.
La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte.
Simboliza también lo fecundo, lo sexual.
El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra,
portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el
erotismo masculino.
El toro: García Lorca era aficionado a los toros; según sus
palabras: "Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo.
Es el drama puro en que el cual el español derrama sus mejores lágrimas y su
bilis. Es el único sitio a donde se va con la seguridad de ver la muerte
rodeada de la más deslumbradora belleza (...) "
Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de
ser símbolos de la muerte.
Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los
metales aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre
tragedia.
La metáfora: es el procedimiento retórico central de su
estilo. Bajo la influencia de Góngora, Lorca maneja metáforas muy arriesgadas:
la distancia entre el término real y el imaginario es considerable. En
ocasiones, usa directamente la metáfora pura. Sin embargo, a diferencia de
Góngora, Lorca es un poeta conceptista, en el sentido de que su poesía se
caracteriza por una gran condensación expresiva y de contenidos, además de
frecuentes elipsis. Las metáforas lorquianas relacionan elementos opuestos de
la realidad, transmiten efectos sensoriales entremezclados, etc.
El neopopularismo: aunque Lorca asimila sin problemas las
novedades literarias, su obra está plagada de elementos tradicionales que, por
lo demás, demuestran su inmensa cultura literaria. La música y los cantos
tradicionales son presencias constantes en su poesía. No obstante, desde un
punto de vista formal no es un poeta que muestre una gran variedad de formas
tradicionales; sin embargo, profundiza en las constantes del espíritu
tradicional de su tierra y de la gente: el desgarro amoroso, la valentía, la
melancolía y la pasión.
Poesía
La obra poética de Lorca constituye una de las cimas de la
poesía de la Generación del 27 y de toda la literatura española. La poesía
lorquiana es el reflejo de un sentimiento trágico de la vida, y está vinculada
a distintos autores, tradiciones y corrientes literarias. En esta poesía
conviven la tradición popular y la culta. Aunque es difícil establecer épocas
en la poética de Lorca, algunos críticos diferencian dos etapas: una de
juventud y otra de plenitud.
Citas Célebres:
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