jueves, 14 de mayo de 2015

CONQUISTA CRISTIANA

La ciudad es repoblada con cristianos del norte, sin que por ello se expulsase a su población judía y musulmana (si bien algunos de los edificios religiosos musulmanes son requisados; de esta forma, la mezquita mayor se transforma en iglesia bajo la advocación de Santa María).
De esta época temprana de dominación cristiana datan los cultos a los patrones de Madrid: la Virgen de la Almudena, de la que según la tradición se encontró una imagen en la muralla exterior el 9 de noviembre de 1085, y San Isidro Labrador, nacido hacia el año 1082 y muerto el 30 de noviembre de 1172, santo patrón de la Villa y gran devoto de la Virgen de la Almudena.
A lo largo los siglos XII y XIII se fijó y configuró la extensión de la Comunidad de Villa y Tierra de Madrid y la localidad se consolidó como municipio libre vinculado a la corona (villa de realengo) cuyos privilegios son confirmados en 1123 (Carta de Otorgamiento, dada por Alfonso VII de León) y 1202 (fuero promulgado durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla). El territorio concejil, de tamaño medio, se encontró en sus comienzos rodeado en gran parte por el extenso alfoz segoviano, con el que mantuvo litigios territoriales. Alfonso VIII puso bajo la jurisdicción de Madrid tres sexmos o departamentos rurales:
-       Sexmo de Vallecas, formado por Vallecas, Vicálvaro, Ambróz, Coslada, Rivas, Vaciamadrid, Velilla, Rejas, Canillas, Hortaleza, Chamartín, Fuencarral y Fuentelfresno.
-       Sexmo de Villaverde, formado por Villaverde, Getafe, Fuenlabrada, Torrejón de la Calzada, Casarrubios, Humanejos y Perales.
-       Sexmo de Aravaca, formado por Aravaca, Las Rozas, Majadahonda, Boadilla, Alcorcón, Leganés, y los CarabanchelesYuso y Suso (Alto y Bajo), a excepción del castillo y tierra circundante, perteneciente a la Orden de Santiago desde 1206.

De esta manera, Madrid tendrá bajo su jurisdicción las tierras y montes de Madrid hasta parte de la Sierra. En esta época se construye la segunda muralla de Madrid, conocida como muralla cristiana.
Durante la primera mitad del siglo XIV aumenta la importancia de la localidad por su estratégica situación en las vías pecuarias que comienzan a estabilizarse y que comunican las submesetas norte y sur. De hecho, en las Cortes de Alcalá de 1348, Alfonso XI de Castilla fija en veinticuatro el número de ciudades con derecho a estar representadas en las Cortes de Castilla, y la villa de Madrid es una de ellas; cuando Juan II reduce el número a dieciocho, mantiene su derecho de representación. También en este periodo, el arzobispo de Toledo y consejero privado del rey, don Gil de Albornoz, la convierte en cabeza de arciprestazgo, separando su administración eclesiástica de Alcalá de Henares. En la segunda mitad del siglo, los monarcas de la dinastía Trastámara (Enrique III, Juan II y Enrique IV) frecuentan la villa para practicar la caza. El último de ellos mantiene una casa (en la actual calle de Santa Clara) que se convierte durante su reinado en una de las residencias habituales del rey de Castilla. Destaca el hecho de que las Cortes de Castilla se reunieran hasta tres veces en la villa de Madrid durante este periodo, prueba de la especial predilección de la dinastía Trastámara por la ciudad.
Durante el siglo XV, la villa sigue creciendo hasta alcanzar unos 5.000 habitantes a finales de la centuria. Los hitos más importantes de esta época serán el reconocimiento de Madrid como ciudad con representación en Cortes y la expulsión de los judíos en 1492, con la posterior destrucción de la judería de Lavapiés.
Un episodio poco conocido de la historia de Madrid corresponde al breve período en que Madrid tuvo un señor armenio. En 1375, Armenia había sido conquistada por los mamelucos de Egipto y su rey León V de Ciliciatrasladado como prisionero a Jerusalén y posteriormente a El Cairo. Desde allí pidió socorro a diversos reyes europeos. Obtuvo respuesta de Juan I de Castilla, que lo rescató y posteriormente lo acogió otorgándole en 1383 el señorío de Madrid, así como las ciudades de Andújar y Villarreal (hoy Ciudad Real), lo que suponía una renta anual de unos 150.000 maravedíes. El pueblo de Madrid no lo acogió bien, consiguiendo de Juan I la promesa de que a la muerte de su nuevo Señor la ciudad retornaría al Reino de Castilla. Al poco tiempo, en 1384, León V se traslada a París, pero se mantiene como titular del señorío de Madrid hasta el fin de sus días en 1391. Una vez fallecido las Cortes reunidas en Madrid bajo el reinado de Enrique III, bajo la presión de los madrileños, revocaron el señorío. En aquella sesión de la Cámara, Enrique III obtuvo las rentas adjudicadas a León V y el sitio de El Pardo como residencia real y coto de caza.
Las Comunidades.
Durante el año 1520, el malestar de las ciudades castellanas frente a Carlos I se va acrecentando. En las cortes convocadas primero en Santiago de Compostela y luego en La Coruña, varias ciudades, entre las que se encuentra Madrid, se niegan a votar los servicios que el rey reclama para financiar la coronación imperial en Alemania. Finalmente, las Comunidades de Castilla se alzan en armas en varias ciudades.
Madrid se une también al movimiento junto a los capitanes comuneros Juan Bravo (Segovia), Juan de Padilla (Toledo) y Francisco Maldonado (Salamanca) representa a los castellanos sublevados ante la reina Juana I de Castilla en Tordesillas, donde estaba recluida.
No obstante, la sublevación finaliza en junio de 1521, cuando, tras la derrota de las tropas comuneras en Villalar, el ejército real entra en la villa tras un asedio.

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