Retrato Carlos II |
Con la llegada al trono de Carlos II (r.
1665–1700), se frenó el ritmo constructor del reinado anterior, sobre todo en
lo que respecta a las edificaciones civiles. Entre éstas, tan sólo cabe
mencionar la Puerta de Felipe IV (1680), que, pese a su nombre, fue erigida en
honor de María Luisa de Orleáns, primera esposa de Carlos II. Trazada por
Melchor Bueras, estuvo inicialmente emplazada en la Carrera de San Jerónimo,
hasta su traslado, a mediados del siglo XIX, a la calle de Alfonso XII, donde
sirve de acceso al Parque de El Retiro.
En cuanto a las fundaciones religiosas,
se levantaron algunos templos de interés artístico, que abandonaron
definitivamente el aspecto austero de la primera mitad del siglo XVII e
incorporaron plenamente las tendencias barrocas.
Es el caso de la Iglesia de Nuestra
Señora de Montserrat, que forma parte del convento homónimo Fue trazada en el
año 1668 por el arquitecto Sebastián Herrera Barnuevo, si bien su proyecto fue
transformado por Gaspar de la Peña, Juan de Torija, Pedro de la Torre,
Francisco Aspur y Pedro de Ribera, que intervinieron, en diferentes fases,
hasta la conclusión del conjunto en 1720. El edificio destaca por su exterior
profusamente ornamentado, en especial la torre que flanquea uno de sus lados,
con abundantes motivos naturalistas en su parte superior y alrededor de los
vanos.
El gusto por las formas también está
presente en la Iglesia de las Calatravas (1670–1678), situada en la calle de
Alcalá. Se debe a un diseño de fray Lorenzo de San Nicolás, terminado por
Isidro Martínez y Gregorio Garrote. Presenta planta de cruz latina y, en su
crucero, se alza una cúpula con tambor de ocho vanos, cuatro abiertos y cuatro
cegados. La capilla mayor está adornada con un retablo de José Benito de
Churriguera, realizado en tiempos de Felipe V.
Del Monasterio del santísimo Sacramento,
fundado por Cristóbal Gómez de Sandoval en la época de Felipe IV, sólo se
conserva su iglesia, actual Catedral Arzobispal Castrense. El templo se
construyó con Carlos II, entre 1671 y 1744, a partir de un proyecto firmado por
Francisco Bautista, Manuel del Olmo y Bartolomé Hurtado García.
Su fachada, labrada en sillares de
granito, se estructura en tres niveles horizontales y está rematada por un
frontón circular. La decoración exterior consiste en diferentes molduras que
recorren los vanos, con motivos naturales, y en un relieve dedicado a san Benito
y san Bernardo, instalado en el nivel intermedio.
Pese a las corrientes barrocas del
momento, el Convento de las Comendadoras de Santiago se aproxima más al
arquetipo arquitectónico de la primera mitad del reinado de Felipe IV,
caracterizado por su sobriedad. El edificio, que empezó a construirse en 1667,
destaca por su iglesia, de planta de cruz griega, fachada inspirada en el
modelo del Real Monasterio de la Encarnación y torres con chapiteles
herrerianos en los lados.
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