Planta.
La plaza de Oriente es de forma rectangular,
si bien su cabecera, situada al este, se cierra formando una curva, presidida
por el Teatro Real. Pueden distinguirse tres grandes cuadrantes: los jardines
centrales, los Jardines del cabo Noval y los Jardines de Lepanto.
Los jardines centrales están dispuestos
alrededor del monumento a Felipe IV, en forma de cuadrícula, siguiendo el
modelo barroco de jardinería.
Están conformados por siete parterres,
poblados por setos de boj, formas toparias de cipreses, tejos y magnolios de
pequeño tamaño, así como por plantaciones florales, de carácter temporal. Se
encuentran delimitados a ambos lados por sendas hileras de estatuas, conocidas
popularmente como los reyes godos, que actúan como línea de división de los
otros dos cuadrantes.
Es la zona más monumental de la Plaza de
Oriente, tanto por los edificios que la flanquean (el Palacio Real aparece al
oeste y el Teatro Real al este), como por el valor artístico de sus colecciones
escultóricas.
Monumento a Felipe IV.
En el centro de la plaza se encuentra un
monumento a Felipe IV, sin duda alguna la obra artística más importante del
recinto, al margen de los edificios del contorno. Está integrado por una
estatua ecuestre del monarca, realizada en el siglo XVII por Pietro Tacca, y un
pedestal con diferentes motivos escultóricos y dos fuentes, que datan del siglo
XIX.
El conjunto fue inaugurado el 17 de noviembre
de 1843, después de que Isabel II decidiera trasladar la citada escultura a la
Plaza de Oriente, dotándola de un soporte monumental. Sus autores fueron los
escultores de cámara Francisco Elías Vallejo (1782–1850) y José Tomás
(1795-1848).
El primero realizó los cuatro leones de bronce
situados en las esquinas del monumento, mientras que el segundo esculpió los
bajorrelieves que decoran el alto pedestal sobre el que se asienta la estatua.
Uno de ellos representa al monarca imponiendo a Velázquez el hábito de la Orden
de Santiago y el otro es una alegoría de la protección otorgada por el rey a las
artes y letras.
Asimismo, Tomás realizó la figura de un
anciano vertiendo agua sobre una urna, simbolizando un río. En la base del
monumento, hay dos fuentes con forma de concha, en los lados este y oeste.
La estatua ecuestre de Felipe IV es de bronce
y está dispuesta mirando hacia el este, esto es, hacia el Teatro Real. Fue
ejecutada entre 1634 y 1640 por el italiano Pietro Tacca (1577–1640), al cual
le enviaron como modelos dos retratos del rey pintados por Velázquez, uno a
caballo y otro de medio cuerpo. Fue fundida en Florencia (Italia).
El escultor contó con el asesoramiento de
Galileo Galilei para que el caballo que monta el monarca pudiese mantenerse
exclusivamente sobre sus patas traseras. La solución dada por el físico
consistió en hacer maciza la parte trasera y hueca la delantera. Se trata de la
primera escultura ecuestre del mundo con esta disposición.
La obra se colocó inicialmente en uno de los
patios del Palacio del Buen Retiro y, posteriormente, en el frontispicio del
antiguo Alcázar. Durante el gobierno de don Juan José de Austria volvió a su
primer emplazamiento, donde permaneció hasta 1843.
Estatuas de los reyes españoles.
La plaza alberga una colección escultórica de
veinte reyes españoles, correspondientes a cinco visigodos y a quince monarcas
de los primeros reinos cristianos de la Reconquista. Estas estatuas, realizadas
en piedra caliza, se distribuyen en dos hileras, que surcan el recinto en
dirección este-oeste, a ambos lados de los jardines centrales.
Conocidas popularmente como los reyes godos,
marcan la línea de división entre el cuerpo central de la plaza y los Jardines
del cabo Noval, al norte, y de Lepanto, al sur.
El grupo de estatuas forma parte de una serie
dedicada a todos los monarcas de España, mandada hacer para la decoración del
Palacio Real de Madrid durante el reinado de Fernando VI. Se ejecutaron entre
1750 y 1753.
En un principio, la idea era que las
esculturas adornasen la cornisa superior del palacio, pero nunca fueron
colocadas en la misma. Se temió que la cubierta no aguantase su peso, si bien
la tradición sostiene que la reina Bárbara de Braganza tuvo un sueño en el que
las figuras caían precipitándose apocalípticamente hacia abajo.
Finalmente fueron distribuidas por distintos
puntos de la ciudad. En Madrid pueden verse, además de en la propia Plaza de
Oriente, en el Parque de El Retiro, en los Jardines de Sabatini, en el Parque
de El Capricho (en la Alameda de Osuna) y en la Puerta de Toledo. Algunas se
llevaron a otras provincias, caso de las situadas en el Paseo de Sarasate de
Pamplona, referidas a los reyes navarros, o también en el Paseo del Espolón de
Burgos y también al parque de la Florida de Vitoria-Gasteiz.
Las estatuas fueron realizadas, bajo la
dirección de los escultores de la Corte Juan Domingo Olivieri y Felipe de
Castro, por un numeroso grupo de autores, entre los que se encuentran Luis
Salvador Carmona, Felipe del Corral, Juan de Villanueva Barbales y Juan Pascual
de Mena, además de los propios Olivieri y De Castro.
Citas Célebres:
"La vida es una cosa maravillosa y hay tantas cosas por
hacer.”
“A los vivos les debemos respeto pero a los muertos solo les
debemos la verdad.”
“Sólo el motivo constituye el mérito de las acciones; y el
desinterés les da la perfección.”
“Con una hábil manipulación de la prensa, pueden hacer que
la víctima parezca un criminal y el criminal, la víctima.”
"Todo va a estar bien al final. Si no está bien, no es
el fin.”
“Pero tengo promesas que cumplir, y andar mucho camino sin
dormir, y andar mucho camino sin dormir.”
“Sé tu propio palacio o el mundo será tu prisión.”
“Me gustan los amigos que tienen pensamientos
independientes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los
ángulos.”
"El trato que se da a los niños es el que ellos luego
darán a la sociedad.”
“El no y el sí son breves de decir pero piden pensar mucho. “
"Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la
ignorancia.”
“Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir
una utopía que nos permita compartir la tierra.”
“La tradición es un guía, no un carcelero.”
"Nunca mires para atrás, siempre para adelante, pues
cuando la suerte te acompañe, nada existirá que te sea imposible.”
“No he fracasado. He encontrado 10000 soluciones que no
funcionan.”
“Solamente aquel que es demasiado fuerte para perdonar, una
ofensa sabe "amar".”
“Si yo se que tú eres, y tú sabes que yo soy, quién va a
saber quien soy yo cuando tu no estés.”
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