viernes, 11 de marzo de 2016

BIBLIOTECA NACIONAL DE MADRID

La Real Orden de 19 de junio de 1761, redactada por el Bibliotecario Mayor Juan de Santander y aprobada por el rey Carlos III, modificó la original de 1716, creando la Imprenta Real que vinculaba "la labor editorial de la Biblioteca a los más destacados impresores, encuadernadores y grabadores de la época." El Bibliotecario Mayor pasa a ser director de la Biblioteca Real y los bibliotecarios pasan a ser considerados criados de la Casa Real, con sus correspondientes privilegios.
Durante esta época (1760-1778) la Biblioteca contó con un taller de fundición de tipos dirigido por Gerónimo Gil, que fue el núcleo original del taller de tipos de la Imprenta Real.
Siglo XIX.
Durante el trascurso del siglo XIX, la Biblioteca cambió varias veces de sede, primero en 1809, cuando, durante el reinado de José Bonaparte, se trasladó al convento de los trinitarios calzados en la calle de Atocha. En 1819, de nuevo hubo de cambiar de sede al palacio donde celebraba sus sesiones el Consejo del Almirantazgo Real debido a las reclamaciones realizadas por los trinitarios calzados tras la vuelta de Fernando VII, y en 1826 se produjo un tercer traslado a la antigua casa del marqués de Alcañices, en la actual calle de Arrieta, lugar donde residió durante casi todo el siglo. El terreno donde se ubica actualmente la Biblioteca Nacional es el mismo en el cual se ubicaba el antiguo Convento de Copacabana o gran Convento de Recoletos de Madrid. Dicho convento pertenecía a los religiosos de la Orden de Agustinos Recoletos y, tras la Desamortización de 1835, fue vendido y destruido.
Las colecciones de la biblioteca también se vieron afectadas por los hechos del siglo XIX. Primero, la desamortización española condujo a que muchas obras procedentes de instituciones religiosas suprimidas se depositaran en la biblioteca. En efecto, en 1837 se crean las comisiones científicas y artísticas provinciales para seleccionar las obras que, procedentes de los conventos suprimidos, debían depositarse en las bibliotecas y museos, o ser subastadas. Por esta vía se depositaran en la Biblioteca Nacional unos 70 000 volúmenes procedentes de los conventos madrileños afectados por la desamortización. Pasan también a la Biblioteca gran parte de los fondos de la Biblioteca de las Cortes, fundada por las Cortes de Cádiz en 1814, y suprimida en 1838. Por último, en 1869 Manuel Ruiz Zorrilla dispuso la incautación de los archivos, bibliotecas y colecciones de arte en poder de catedrales, cabildos, monasterios y órdenes militares, en la llamada desamortización cultural, medio por el cual ingresaron en la Biblioteca Nacional obras muy valiosas procedentes de las catedrales de Ávila y Toledo.
Mediante el decreto del 28 de noviembre de 1836, la Biblioteca Real pasa a denominarse Biblioteca Nacional y a depender del Ministerio de la Gobernación de la Península. En 1857, se aprueba el primer reglamento de la Biblioteca Nacional, en el que se establece la convocatoria, concesión, y posterior publicación de las obras ganadoras de los Premios Bibliográficos que anualmente convocaría la Biblioteca Nacional. Estos premios hicieron que la Biblioteca se convirtiera “en la principal impulsora de trabajos bibliográficos en España”, promoviendo el interés de bibliotecarios y bibliógrafos. En 1858, se crea el cuerpo facultativo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos, el cual es liderado por el director de la Nacional.
En 1876, la Biblioteca contaba ya con 300 000 libros, 200 000 folletos impresos y más de 300 000 manuscritos. A pesar de las varias mudanzas, la Biblioteca Nacional seguía creciendo y sus necesidades sobrepasaban la capacidad de las sedes que hasta entonces había ocupado. En 1857 se pidió la realización de un proyecto para una nueva sede, y en 1864 se escogió finalmente la obra del arquitecto Francisco Jareño Alarcón.

El 21 de abril de 1866 la reina Isabel II colocó la primera piedra del Palacio de Archivos, Bibliotecas y Museos, situado en el Paseo de Recoletos. Por razones económicas las obras procedieron con mucha lentitud, y hubo muchas modificaciones al proyecto original. En 1884 Antonio Ruiz de Salces sustituyó a Jareño en la dirección de las obras de construcción del nuevo edificio de la Biblioteca Nacional. En 1892 se finalizó la construcción del edificio y el 16 de marzo de 1896 se abrió al público la Biblioteca Nacional en su nueva sede.

Citas Célebres:
“La familia es la patria del corazón.” 
“El conocimiento si no se sabe aplicar es peor que la ignorancia.”  
“Un hombre vale por lo que construye.” 
“La vida es hermosa, vivirla no es una casualidad.” 
"Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.” 
"Piense usted que siempre es más noble engañarse alguna vez que desconfiar siempre.” 
“Con frecuencia nos avergonzaríamos de nuestras más hermosas acciones, si el mundo supiera todos los motivos que las producen.” 
“No hay un final. No existe un principio. Solamente existe una infinita pasión por la vida.”
“La verdadera felicidad consiste en hacer el bien.” 
"Muchas personas, después de haber encontrado el bien, buscan todavía, y encuentran el mal.” 
"La superstición es el lado oscuro del asombro.” 
“Exigir a los progenitores, para respetarlos, que estén libres de defectos y que sean la perfección de la humanidad es soberbia e injusticia.”
“Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir.” 
"El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo.” 
“Quien se excusa, se acusa.” 
"No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy.” 

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