Obra.
La obra de Alonso Cano ha sufrido, quizá más
que la de ninguno de sus contemporáneos, pérdidas irreparables a lo largo del
tiempo. Incendios, guerras, robos, saqueos, nos han privado de una parte
importante de su legado. En la actualidad se halla dispersa y, en ocasiones,
oculta o mal conservada; pocas de la obras se encuentran aún en su ubicación
original. Sigue siendo, sin embargo, un legado inmenso que abarca, además de
pintura y escultura, obras arquitectónicas de relevancia. Mención aparte
merecen sus dibujos, de los que se conserva gran número y que permiten seguir
el desarrollo de la carrera de este artista y su gran influencia en los ámbitos
en los que ejerció su labor (Sevilla, Madrid, Granada).
Sus obras fueron, al comienzo de su carrera,
una mezcla entre el manierismo italiano y el Barroco. Al igual que Velázquez,
evolucionó del tenebrismo predominante en Sevilla a un estilo más colorista,
aunque con carácter propio, puede decirse que, junto con Velázquez, su obra
supone un punto de inflexión en la pintura española de su época hacía una
tendencia más idealista
Pintura: Podemos distinguir tres periodos
estilísticos en su obra. De su primera etapa sevillana es poco lo que nos ha
llegado, la aportación más temprana es el citado San Francisco de Borja (Museo
de Bellas Artes de Sevilla) y algunas obras menores. Hacia 1635 se observa un
importante cambio con obras con un colorido más brillante y una interpretación
más lírica de los modelos de Pacheco, como en La Visión de San Juan de 1637
(Londres, Wallace Collection) o la perdida Santa Inés de la que se conserva sin
embargo una buena copia descubierta recientemente. Este avance estilístico de
mitad de la década de los 30 hace pensar en una posible visita a la Corte en
esa época (no documentada) antes de su marcha definitiva a Madrid en 1638.
En su primera etapa madrileña algunas pinturas
destacadas son El milagro del pozo alusivo a San Isidro Labrador (Museo del
Prado), y el Retablo del Niño Jesús de la Catedral de Getafe. También son suyas
el Cristo atado a la columna y Cristo flagelado por dos verdugos conservados en
el Convento del Santísimo Cristo de la Victoria de Serradilla (Cáceres).
Establecido ya de nuevo en Granada, recibe el encargo más importante de su
vida, completar la decoración de la capilla mayor de la Catedral de su ciudad
natal con siete enormes lienzos con episodios de la vida de la Virgen, que
constituyen lo principal de su obra pictórica y uno de los conjuntos más
impresionantes de la pintura barroca europea.
El dibujo fue fundamental como parte del
proceso creativo de Alonso Cano. Ya sus coetáneos destacan su gran habilidad,
su extraordinaria inventiva y su exquisita técnica, a lo que se añade la
cualidad de saber dibujar cualquier cosa, desde un motivo arquitectónico a una
figura.
Escultura: En muchas ocasiones se hace
referencia a la escultura como la principal ocupación de Cano y donde ha dejado
una huella más perdurable. Es frecuente que en muchos manuales de historia del
arte, se le mencione casi exclusivamente como imaginero. Sin embargo, como bien
argumentó Gómez-Moreno, esta afirmación es errónea. En la obra de Cano, la
escultura ocupa un lugar secundario respecto a la pintura, el mismo se
consideraba antetodo pintor; ninguna de sus obras es una imagen de tipo
procesional y la mayoría son de pequeño tamaño. Su importancia radica más en la
delicada belleza de algunas de estas joyas, que apuntan ya hacia el arte rococó
y en la perfección y concentrada belleza de las mismas.
En su étapa sevillana nos deja, como escultor-retablista,
sus obras más importantes que se encuentran en el retablo de Santa María de la
Oliva en la iglesia de Lebrija, de 1628, que supone, en fecha tan temprana de
su producción, su aportación más grandiosa como retablista con las figuras colosales
de San Pedro y San Pablo. En Sevilla realizó Cano otra de sus obras más
importantes, la Inmaculadas que se venera en la iglesia parroquial de San
Julián, escultura en madera policromada de 1,41 m de altura.
Entre su producción escultórica destaca la conocida
Inmaculada del facistol de la Catedral de Granada, obra maestra realizada en
1655 en madera policromada de apenas 5 dm de altura, que por su finura y
virtuosismo pronto fue trasladada a la sacristía, para protegerla mejor y a su
vez favorecer su contemplación.
Citas Célebres:
"La fortuna llega en algunos barcos que no son guiados".
"El hombre sensato cree en el destino; el voluble en el azar".
"La ignorancia es la madre de todos los crímenes".
"Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace."
"Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso las horas y el tiempo pasan."
"Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace."
"Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce".
"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano".
"La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte".
"La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros".
"Tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes".
"La recompensa de una buena acción está en haberla hecho".
"Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado".
"Lo que hace falta es someter a las circunstancias, no someterse a ellas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario