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domingo, 23 de agosto de 2015

Museo del Prado Exterior

Estatua Pintor para el Prado-Julio Hernandez,Exterior Museo Prado 

Estatua Pintor para el Prado-Julio Hernandez,Exterior Museo Prado 

Francisco de Goya

Francisco de Goya

Francisco de Goya

Citas Célebres:
"Buscad leyendo y halláreis meditando".
"No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación"."La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión". "La ciencia es como la tierra; sólo se puede poseer un poco de ella". "La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición".  "Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño".
"El tiempo es una cierta parte de la eternidad". "Yo sólo sé que no sé nada".  "En la naturaleza nada hay superfluo"."Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos".  "Lo más incomprensible del Universo es que sea comprensible". "Seguir un sólo camino es retroceder".
"Sólo le falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo"."Lo que está hecho no se puede deshacer".  "En principio la investigación necesita más cabezas que medios".  

jueves, 20 de agosto de 2015

Estatuas Paseo del Prado

Estatua a la Fertilidad

Estatua a la Paz

Estatua de la Admiración

Citas Célebres:
"Una mirada hacia atrás vale más que una mirada hacia adelante". 
"La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces". 
"En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante".
"Una cosa es continuar la historia y otra repetirla".  
"Lo que no es útil para la colmena no es útil para la abeja".
"Si no quieres repetir el pasado, estúdialo". 
"La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo".  
"Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja".
"El verdadero modo de no saber nada es aprenderlo todo a la vez". 
"Es tan difícil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse". 
"La confidencia descubre quién era o no digno de ella".  
"Puedo creer lo imposible pero no lo improbable". 
"El destino mezcla las cartas, y nosotros jugamos". 

miércoles, 19 de agosto de 2015

Estatuas Paseo del Prado, Madrid

Placa Jose Albeniz

Placa Jose de Ribera

Placa de Juan de Herrera

Placa de Vicente Macip Vulgo Juan de Juanes

Placa de Juan de Toledo 

Citas Célebres:
"Prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría". 
"La acción es el fruto propio del conocimiento". 
"El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca".
"En lo tocante a ciencia, la autoridad de un millar no es superior  al humilde razonamiento de un hombre." 
"El mejor modo de resolver una dificultad es no tratar de soslayarla".
"Azar es una palabra vacía de sentido, nada puede existir sin causa".  
"Los hechos no dejan de existir aunque se los ignore".  
"Existe algo más importante que la lógica: la imaginación". 
"Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo". 
"La verdad es más importante que los hechos". 
"Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido". 
"No hay inversión más rentable que la del conocimiento". 

martes, 18 de agosto de 2015

Estatuas Paseo del Prado, Madrid

Placa Bartolome Esteban Murillo

Paca Francisco Zurbaran

Placa Gaspar Becerra

Placa Gregorio Hernandez

Citas Celebres:
"Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo". 
"No basta con alcanzar la sabiduría, es necesario saber utilizarla". 
"Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos".
“Las cosas se llaman equívocas cuando tan sólo tienen de común el nombre". 
"La rapidez que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa". 
"En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero". 
"Puede adquirirse todo en la sociedad, excepto el carácter". 
"La creencia no es el principio, sino el fin de todo conocimiento". 
"En el proceso de la escritura la imaginación y la memoria se confunden". 
"Divide las dificultades que examinas en tantas partes como sea posible para su mejor solución". 

lunes, 17 de agosto de 2015

Estatuas Paseo del Prado

Placa Alonso Berruguete

Placa Caudio Coello

Placa Velazquez de Silva

Citas Célebres:
"El tiempo es el mejor antologista, o el único, tal vez". 
"La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad".
"Las cualidades sublimes infunden respeto; las bellas amor". 
"En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza". 
"Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez".
"No podemos hacer la historia, sino sólo esperar a que se desarrolle".  
"La felicidad es tanto mayor cuanto menos la advertimos". 
"La imaginación es el ojo del alma". 
"La originalidad es la vuelta a los orígenes".  
"Sabio es aquel que constantemente se maravilla". 
"Sin arte la vida sería un error".
"Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo". 
"La confianza es madre del descuido". 
"La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas". 
"El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes". 
"La única manera de ser seguido es correr más deprisa que los demás".
"Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas". 
"Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma". 

domingo, 16 de agosto de 2015

Estatua: Alonso Cano

Obra.
La obra de Alonso Cano ha sufrido, quizá más que la de ninguno de sus contemporáneos, pérdidas irreparables a lo largo del tiempo. Incendios, guerras, robos, saqueos, nos han privado de una parte importante de su legado. En la actualidad se halla dispersa y, en ocasiones, oculta o mal conservada; pocas de la obras se encuentran aún en su ubicación original. Sigue siendo, sin embargo, un legado inmenso que abarca, además de pintura y escultura, obras arquitectónicas de relevancia. Mención aparte merecen sus dibujos, de los que se conserva gran número y que permiten seguir el desarrollo de la carrera de este artista y su gran influencia en los ámbitos en los que ejerció su labor (Sevilla, Madrid, Granada).
Sus obras fueron, al comienzo de su carrera, una mezcla entre el manierismo italiano y el Barroco. Al igual que Velázquez, evolucionó del tenebrismo predominante en Sevilla a un estilo más colorista, aunque con carácter propio, puede decirse que, junto con Velázquez, su obra supone un punto de inflexión en la pintura española de su época hacía una tendencia más idealista
Pintura: Podemos distinguir tres periodos estilísticos en su obra. De su primera etapa sevillana es poco lo que nos ha llegado, la aportación más temprana es el citado San Francisco de Borja (Museo de Bellas Artes de Sevilla) y algunas obras menores. Hacia 1635 se observa un importante cambio con obras con un colorido más brillante y una interpretación más lírica de los modelos de Pacheco, como en La Visión de San Juan de 1637 (Londres, Wallace Collection) o la perdida Santa Inés de la que se conserva sin embargo una buena copia descubierta recientemente. Este avance estilístico de mitad de la década de los 30 hace pensar en una posible visita a la Corte en esa época (no documentada) antes de su marcha definitiva a Madrid en 1638.
En su primera etapa madrileña algunas pinturas destacadas son El milagro del pozo alusivo a San Isidro Labrador (Museo del Prado), y el Retablo del Niño Jesús de la Catedral de Getafe. También son suyas el Cristo atado a la columna y Cristo flagelado por dos verdugos conservados en el Convento del Santísimo Cristo de la Victoria de Serradilla (Cáceres). Establecido ya de nuevo en Granada, recibe el encargo más importante de su vida, completar la decoración de la capilla mayor de la Catedral de su ciudad natal con siete enormes lienzos con episodios de la vida de la Virgen, que constituyen lo principal de su obra pictórica y uno de los conjuntos más impresionantes de la pintura barroca europea.
El dibujo fue fundamental como parte del proceso creativo de Alonso Cano. Ya sus coetáneos destacan su gran habilidad, su extraordinaria inventiva y su exquisita técnica, a lo que se añade la cualidad de saber dibujar cualquier cosa, desde un motivo arquitectónico a una figura.
Escultura: En muchas ocasiones se hace referencia a la escultura como la principal ocupación de Cano y donde ha dejado una huella más perdurable. Es frecuente que en muchos manuales de historia del arte, se le mencione casi exclusivamente como imaginero. Sin embargo, como bien argumentó Gómez-Moreno, esta afirmación es errónea. En la obra de Cano, la escultura ocupa un lugar secundario respecto a la pintura, el mismo se consideraba antetodo pintor; ninguna de sus obras es una imagen de tipo procesional y la mayoría son de pequeño tamaño. Su importancia radica más en la delicada belleza de algunas de estas joyas, que apuntan ya hacia el arte rococó y en la perfección y concentrada belleza de las mismas.
En su étapa sevillana nos deja, como escultor-retablista, sus obras más importantes que se encuentran en el retablo de Santa María de la Oliva en la iglesia de Lebrija, de 1628, que supone, en fecha tan temprana de su producción, su aportación más grandiosa como retablista con las figuras colosales de San Pedro y San Pablo. En Sevilla realizó Cano otra de sus obras más importantes, la Inmaculadas que se venera en la iglesia parroquial de San Julián, escultura en madera policromada de 1,41 m de altura.

Entre su producción escultórica destaca la conocida Inmaculada del facistol de la Catedral de Granada, obra maestra realizada en 1655 en madera policromada de apenas 5 dm de altura, que por su finura y virtuosismo pronto fue trasladada a la sacristía, para protegerla mejor y a su vez favorecer su contemplación.

Citas Célebres:
"La fortuna llega en algunos barcos que no son guiados". 
"El hombre sensato cree en el destino; el voluble en el azar". 
"La ignorancia es la madre de todos los crímenes".  
"Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace."  
"Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso las horas y el tiempo pasan." 
"Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace."
"Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce". 
"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano". 
"La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte".
"La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros".
"Tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes". 
"La recompensa de una buena acción está en haberla hecho". 
"Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado".
"Lo que hace falta es someter a las circunstancias, no someterse a ellas". 

sábado, 15 de agosto de 2015

Estatua: ALONSO CANO

Alonso Cano Almansa (Granada, 19 de marzo de 1601 – ibídem, 3 de octubre de 1667) fue un pintor, escultor y arquitecto español. Por su contribución en las tres disciplinas y la influencia de su obra en los lugares donde trabajó, se le considera uno de los más importantes artistas del barroco en España, siendo además el iniciador de la Escuela granadina de pintura y escultura. Importantes discípulos suyos fueron los pintores Juan de Sevilla, Pedro Atanasio Bocanegra y José Risueño, también escultor, y los escultores Pedro de Mena y José de Mora entre otros.
Biografía.
Su padre, Miguel Cano, era un prestigioso ensamblador de retablos de origen manchego, su madre, María Almansa (natural de Villarrobledo), quien también podría haber practicado el dibujo. Establecidos en Granada, al poco tiempo nació Alonso, siendo bautizado en la parroquia de San Ildefonso, donde se conserva un retablo con las trazas de su padre. Alonso aprendió sus primeras nociones de dibujo arquitectónico y de imaginería, llegando a colaborar tempranamente en los encargos granadinos de su padre, pues muy pronto sus progenitores comenzaron a descubrir su talento. Se dice que, en una visita a Granada del pintor Juan del Castillo en 1614, éste advirtió las grandes dotes del muchacho y aconsejó a su padre que lo llevase a Sevilla, donde había un ambiente artístico más acorde con su talento.
Compañero de Velázquez.
En 1614 ó 1615 se traslada junto a su familia a la ciudad de Sevilla, donde al poco tiempo entra en el taller de pintura de Francisco Pacheco el más prestigioso maestro de la ciudad, maestro de Velázquez, de quien fue compañero y mantuvo amistad durante toda su vida. Como escultor se considera tradicionalmente que se formó con Juan Martínez Montañés, aunque no hay constancia documental de ello. De 1624, dos años antes de obtener el título de Maestro Pintor, es su primer cuadro conocido y firmado, un San Francisco de Borja (Museo de Bellas Artes de Sevilla) con la inconfundible huella de Pacheco. En esta época seguiría colaborando con su padre en el diseño y ensamblado de retablos. En 1627 muere, al parecer de parto, su primera esposa, María de Figueroa. Vuelve a casarse en 1631, esta vez con Magdalena de Uceda, sobrina del pintor Juan de Uceda.
En Madrid.
En 1638 Cano se trasladó a la capital, donde el valido de Felipe IV, el poderoso conde-duque de Olivares, lo nombró pintor de cámara. Fue también profesor de dibujo del príncipe Baltasar Carlos. Por su proximidad a la corte, Cano pudo conocer las colecciones reales, ricas en pintura veneciana del siglo XVI y en obras recientes de su colega Velázquez. Todo esto ayuda a explicar su evolución, del tenebrismo derivado de Caravaggio a un estilo más colorista y de figuras elegantes que a veces recuerdan a Van Dyck.
Acusado de asesinato.
En 1644 su esposa murió asesinada, siendo Alonso acusado de su asesinato, llegando incluso a ser torturado, aunque no se le pudo condenar, al no haberse demostrado que fuera culpable. Tras un año de estancia en Valencia, refugiado en el convento de San Francisco, vuelve a Madrid, donde en 1647, sería nombrado mayordomo de la Hermandad de Nuestra Señora de los Siete Dolores.
En 1652 marchó a Granada donde obtuvo el cargo de racionero de la catedral, gracias a la influencia de Felipe IV. Allí completó la decoración de la capilla mayor. Sin embargo tuvo constantes enfrentamientos con los canónigos. Consiguió poco después ser maestro mayor de la catedral, aunque al poco tiempo de este nombramiento, murió. Fue enterrado en la cripta de la catedral de Granada.

Tuvo un carácter pendenciero e intervino en duelos. Pese a ganar grandes cantidades de dinero, mantuvo muchas deudas a lo largo de su vida, llegando a pisar la cárcel, aunque su amigo Juan del Castillo pagó sus deudas.

Citas Célebres:
"Ciencia sin seso, locura doble".  
"Todo nuestro conocimiento arranca del sentido, pasa al entendimiento y termina en la razón".   
"Nada resiste tanto como lo provisional". 
"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". 
"Cuanto más numerosas son las cosas que quedan para aprender, menos tiempo queda para hacerlas"
"La gota horada la roca, no por su fuerza sino por su constancia."  
"La música es la voluptuosidad de la imaginación". 
"Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo."  
"Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas". 
"El progreso no es un accidente, es una necesidad, una parte de la naturaleza". 
"A veces, cuesta mucho más eliminar un sólo defecto que adquirir cien virtudes". 
"La tragedia de la vejez no es ser viejo, sino haber sido joven."
"La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas." 
"Después de la verdad nada hay tan bello como la ficción". 

martes, 26 de mayo de 2015

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA-Desarrollo de la Guerra

Sublevaciones y la declaración de guerra.
Las noticias de los hechos de Madrid se extendieron desde la misma tarde del 2 de mayo por todo el país, provocando las primeras reacciones de indignación y solidaridad, a la vez que las primeras declaraciones a favor de un levantamiento armado general en un clima de confusión ante la fragmentación de los distintos representantes del gobierno y el surgimiento de órganos de poder locales o Juntas. El llamado Bando de los alcaldes de Móstoles, promulgado por Andrés Torrejón y Simón Hernández, fue la primera iniciativa desde el ámbito local que contribuyó al desprestigio de la Junta de Gobierno, designada por Fernando VII, ante la declaración de Murat del 6 de junio en la que justificaba los excesos de la represión.
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Cuadro Fusilamientos Cuartel de la Montaña del 2 de Mayo
Las instrucciones de Fernando VII al marchar hacia Bayona (Francia) fueron terminantes: mientras él estuviera fuera del país, las instituciones españolas debían cooperar con los generales galos. En un primer momento, la administración en pleno acató la orden: desde el Consejo de Castilla hasta los corregidores municipales. Pero conforme avanzó el levantamiento, las instituciones, emplazadas entre los rebeldes y un ejército francés resuelto a combatir con dureza la sublevación, perdieron el control de la situación y se volvieron inoperantes. El resultado fue un vacío de poder: con la desorientación producida por el reciente trasvase de coronas, el Rey ausente y el país en estado de preguerra, el entramado institucional del Antiguo Régimen se desmoronó y los sublevados ocuparon el espacio que dejó la vieja administración.
El 19 de mayo, Napoleón aprobó la convocatoria a 150 representantes de los diferentes estamentos para la asamblea que se ocuparía del Estatuto de Bayona. De la noche el 22 al 23 de mayo, y una vez difundidas las noticias de las abdicaciones de Bayona, la insurrección se inicia en la ciudad de Cartagena que por entonces era Departamento de Marina y de Artillería, creándose en ella la primera Junta General de Gobierno. Desde Cartagena se mandan correos a las ciudades de Valencia, Granada y Murcia, "con el aviso de la resolución que se había formado en Cartagena, su Departamento de Marina y numerosa guarnición, convidando a dichas ciudades para el mismo objeto" avisando de ello en todas las ciudades y pueblos por los que pasaban estos correos, así como a la escuadra del Departamento de Cartagena que se encontraba en Mahón y que se dirigía a Tolon para unirse a la escuadra francesa, ordenándole que volviera a Cartagena. La insurrección comienza en los días siguientes en Valencia, Granada, Lorca y Orihuela. En Zaragoza, José de Palafox y Melci toma el control de la ciudad tras entregar el mando el Capitán General Guillelmi a su segundo, produciéndose el primero de los Sitios de Zaragoza. Mientras en Murcia, el antiguo Secretario de Estado, Floridablanca (1728-1808) preside la recién constituida Junta local de Murcia. Estas Juntas se crean en todas las ciudades levantadas, tras crearse la Junta General de Gobierno de Cartagena.
Al extenderse la insurrección, en las ciudades y pueblos alzados se fueron formando juntas locales. Integraban dichas juntas los notables de cada ciudad o municipio: propietarios, comerciantes, clérigos, abogados y nobles, muchos con experiencia en las instituciones del Antiguo Régimen. De este modo, las élites locales, gentes de orden y extracción social conservadora, asumieron el control de una revuelta popular en su origen. Nacidas para solventar una situación imprevista, las juntas tuvieron un carácter provisional y por ello limitaron su actividad a organizar la resistencia, sostener el esfuerzo de guerra, garantizar la intendencia y preservar el orden público. Sin embargo, su mera existencia entrañaba un cariz revolucionario, pues, a diferencia de las instituciones del Antiguo Régimen no eran un poder designado por la Corona, sino constituida desde abajo, y por eso establecieron una nueva lógica: el ejercicio de la soberanía de facto por instituciones cuya legitimidad no provenía de la Monarquía.
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Levantamientos Guerra de la Independencia
Las juntas locales resultaron eficaces al inicio del levantamiento. No obstante, para hacer frente al Ejército Imperial hacía falta algo más que una pléyade de instituciones municipales dispersas. De ahí que las juntas de los pueblos y ciudades fueran, poco a poco, coordinando su acción y agrupándose: mediado el verano había dieciocho juntas provinciales en la mitad sur de la Península, territorio controlado por los rebeldes. En Sevilla, la Junta local adopta el nombre de Junta Suprema de España e Indias, impulsora del texto considerado como la declaración de guerra formal emitido el 6 de junio.14 Ese mismo día, un ejército compuesto por militares y milicias campesinas logran impedir la marcha de las columnas imperiales a su paso por el puerto del Bruch, causando la primera derrota relevante del ejército francés. También éste día 6 de junio fue la contienda de Valdepeñas, en la que la villa de Valdepeñas fue incendiada, consiguiendo la población, sin ejército alguno, cortar la comunicación entre Madrid y Andalucía, logrando la evacuación francesa de La Mancha y el retraso francés en la batalla de Bailén.

El 25 de septiembre de 1808 las juntas provinciales dieron un paso más y se unieron en una Junta Suprema Central, presidida por el conde de Floridablanca, antiguo Secretario de Estado con Carlos IV, quien ejerció las funciones de gobierno entre septiembre de 1808 y enero de 1810.


domingo, 24 de mayo de 2015

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

La Guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico, desarrollado entre 1808 y 1814 dentro del contexto de las Guerras Napoleónicas, que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio Francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona.
Propiedad:www.coam.org
Cuadro de Goya. Guerra de la Independencia
La Guerra de la Independencia, también conocida en español como la francesada,1 Guerra Peninsular, Guerra de España, Guerra del Francés, Guerra de los Seis Años, y el Levantamiento y revolución de los españoles, se solapa y confunde con lo que la historiografía anglosajona llama «Guerra Peninsular» (Peninsular War), iniciada en 1807 al declararle Francia y España la guerra a Portugal, tradicional aliado del Reino Unido. También tuvo un importante componente de guerra civil a nivel nacional entre afrancesados y patriotas. El conflicto se desarrolló en plena crisis del Antiguo Régimen y sobre un complejo trasfondo de profundos cambios sociales y políticos impulsados por el surgimiento de la identidad nacional española y la influencia en el campo de los «patriotas» de algunos de los ideales nacidos de la Ilustración y la Revolución francesa, paradójicamente difundidos por la élite de los afrancesados.
Según el tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), el primer ministro Manuel Godoy preveía, de cara a una nueva invasión hispanofrancesa de Portugal, el apoyo logístico necesario al tránsito de las tropas imperiales. Bajo el mando del general Jean-AndocheJunot, las tropas francesas entraron en España el 18 de octubre de 1807, cruzando su territorio a toda marcha en invierno, y llegaron a la frontera con Portugal el 20 de noviembre. Sin embargo, los planes de Napoléon iban más allá, y sus tropas fueron tomando posiciones en importantes ciudades y plazas fuertes con objeto de derrocar a la Casa de Borbón y suplantarla por su propia dinastía, convencido de contar con el apoyo popular.
El resentimiento de la población por las exigencias de manutención de las tropas extranjeras, que dio lugar a numerosos incidentes y episodios de violencia, junto con la fuerte inestabilidad política surgida por la querella entre Carlos IV de España y su hijo y heredero Fernando VII, orquestada por los franceses, que se inició con el Proceso de El Escorial y culminó con el Motín de Aranjuez y el ascenso al poder de Fernando VII, precipitó los acontecimientos que desembocaron en los primeros levantamientos en el norte de España y la jornada del 2 de mayo de 1808 en Madrid. La difusión de las noticias de la brutal represión, inmortalizada en las obras de Francisco de Goya, y de las abdicaciones de Bayona del 5 y 9 de mayo, que extendieron por la geografía española el llamamiento, iniciado en Móstoles, a enfrentarse con las tropas imperiales, decidieron la guerra por la vía de la presión popular a pesar de la actitud contraria de la Junta de Gobierno designada por Fernando VII.
La guerra se desarrolló en varias fases en las que ambos bandos tomaron sucesivamente la iniciativa, y se destacó por el surgimiento del fenómeno guerrillero que, junto con los ejércitos regulares aliados dirigidos por Arthur Wellesley, duque de Wellington, provocaron el desgaste progresivo de las fuerzas bonapartistas. La población civil, que padeció los efectos de una guerra total, en la que tanto franceses como los aliados se cebaron con la población y objetivos civiles, saqueando y pillando a gran escala y devastando, por ejemplo, la industria española, considerada una amenaza para sus respectivos intereses. Los primeros éxitos de las fuerzas españolas en la primavera y el verano de 1808, con la batalla del Bruch, la resistencia de Zaragoza y Valencia y, en particular, la sonada victoria de Bailén, provocaron la evacuación de Portugal y retirada francesa al norte del Ebro, seguida en el otoño de 1808 por la entrada de la Grande Armée, encabezada por el propio Napoleón, que culminó el máximo despliegue francés hasta mediados de 1812. La retirada de efectivos con destino a la campaña de Rusia fue aprovechada por los aliados para retomar la iniciativa a partir de su victoria en la batalla de los Arapiles (22 de julio de 1812) y, contrarrestando la ofensiva francesa, avanzar a lo largo de 1813 hasta los Pirineos, derrotando a los franceses en las batallas de Vitoria (21 de junio) y San Marcial (31 de agosto). El tratado de Valençay (11 de diciembre de 1813) restauró a Fernando VII y dejaba a España libre de la presencia extranjera, pero no evitó la invasión del territorio francés, siendo la batalla de Toulouse (10 de abril de 1814), el último enfrentamiento de la guerra. Refiriéndose a la Guerra de la Independencia Española, Napoleón, en su exilio, declaró:
Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido.
Fraser, Ronald: La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la Independencia, 1808-1814
Propiedad: www.teinteresa.es
Fusilamientos del 2 de Mayo
En el terreno socioeconómico, la guerra costó en España una pérdida neta de población de 215 000 a 375 000 habitantes, por causa directa de la violencia y las hambrunas de 1812, y que se añadió a la crisis arrastrada desde las epidemias de enfermedades y la hambruna de 1808, resultando en un balance de descenso demográfico de 560 000 a 885 000 personas, que afectó especialmente a Cataluña, Extremadura y Andalucía. A la alteración social y la destrucción de infraestructuras, industria y agricultura se sumó la bancarrota del Estado y la pérdida de una parte importante del patrimonio cultural.

A la devastación humana y material se sumó la debilidad internacional del país, privado de su poderío naval y excluido de los grandes temas tratados en el Congreso de Viena, donde se dibujó el posterior panorama geopolítico de Europa. Al otro lado del Atlántico, la América Española obtendría su independencia tras la Guerra de Independencia Hispanoamericana. En el plano político interno, el conflicto fraguó la identidad nacional española y abrió las puertas al constitucionalismo, concretado en las primeras constituciones del país, el Estatuto bonapartista de Bayona y la Constitución de Cádiz. Sin embargo, también dio inicio a una era de guerras civiles entre los partidarios del absolutismo y los del liberalismo, llamadas Guerras Carlistas, que se extenderían a todo el siglo XIX y que marcarían el devenir del país.