El Ateneo de Madrid es una institución
cultural privada ubicada en la capital de España, creada en 1835 como Ateneo
Científico y Literario. Por el Ateneo han pasado seis Presidentes de Gobierno y
casi todos los Premios Nobel españoles, muchos políticos de la Segunda
República y diversos integrantes de la generación del 98, de la del 14 y de la
del 27. Entre sus presidentes cabe citar a: Laureano Figuerola, Segismundo
Moret, Gumersindo de Azcárate, Antonio Alcalá Galiano, Antonio Cánovas del
Castillo, Miguel de Unamuno, Fernando de los Ríos, José Soto Reguera y Manuel
Azaña.
Los antecedentes del Ateneo se encuentran
entre los ilustrados y los liberales del inicio del siglo XIX. Tras la invasión
napoleónica de España y la abdicación de José I Bonaparte como Rey de España,
la organización del país quedó en manos de la Junta Suprema Central y de las
Cortes de Cádiz que promulgaron la primera constitución liberal española.
El retorno de Fernando VII supuso la vuelta al
absolutismo y la salida de España de los patriotas gaditanos. En Francia y en
Inglaterra se refugió la clase ilustrada, perseguida en el interior del país.
El regreso durante el gobierno liberal en 1820 de los exiliados promovió, entre
otras muchas iniciativas, la creación del Ateneo Español dirigido por Juan
Manuel de los Ríos. En 1823, con la vuelta de nuevo al absolutismo del rey
Felón desapareció temporalmente la institución que tuvo que fijar su residencia
en Londres.
La muerte de Fernando VII (el tristemente
"Deseado") y el apoyo de los liberales a la causa de Isabel II frente
al pretendiente don Carlos, se recuperó cierto ambiente de tolerancia durante
la regencia de María Cristina. En 1835 el antiguo Ateneo Español cambió su
nombre por el de Ateneo Científico y Literario, teniendo como fundadores a
Salustiano Olózaga, el duque de Rivas, Antonio Alcalá Galiano, Mesonero
Romanos, Francisco López Olavarrieta, Francisco Fabra y el propio Juan Manuel
de los Ríos.
En la noche del 6 de diciembre de 1835 se
verificó su solemne apertura en la antigua casa de Abrantes, calle del Prado,
28, esquina a la de San Agustín, y casa que entonces ocupaba la conocida
imprenta de Tomás Jordán, el cual, atendiendo a una solicitud de Mesonero
Romanos, miembro de la comisión gestora, cedió «el magnífico salón oblongo de
dicha casa, y otros contiguos, para la inauguración del Ateneo».1 de donde se
trasladó al núm. 27 de la misma calle; posteriormente se mudó al número 33 de
la calle Carretas, después a la plazuela del Ángel número 1 y a la calle
Montera número 32. En el inicio del siglo XXI, ocupa el número 21 de la calle
del Prado, en un edificio modernista inaugurado por Cánovas del Castillo en
1884. El edificio es obra de los arquitectos Enrique Fort y Luis de Landecho.
Arturo Mélida le dio contenido artístico con valiosísimas pinturas de estilo
neo-griego en los llamados "Salón de Actos" y "Salón
Inglés".
La dictadura de Primo de Rivera suspendió las
actividades del Ateneo. Durante la Guerra Civil española se mantuvo abierto y
resultó providencial conservar la integridad de sus instalaciones, en especial
su Biblioteca, gracias a la labor de Bernardo G. de Candamo, único miembro de
la Junta Directiva republicana que permaneció en Madrid durante el conflicto
bélico. No obstante la dictadura franquista limitó la actividad del Ateneo. La
vuelta a la democracia ha permitió que el Ateneo continuase siendo un
importante centro de referencia cultural. El 28 de mayo de 2009 fue elegido
como Presidente Carlos París Amador.
Citas CélebreS:
“Hombre
paciente no es vencido.”
“Elige la
mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable.”
“Una cabeza
bien formada será siempre mejor y preferible a una cabeza muy llena.”
“Dios ha
puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.”
“El que lee
mucho intentará algún día escribir.”
“Vano quiere
decir vacio: de modo que la vanidad es tan poca cosa, que apenas puede decirse
de ella cosa peor que su nombre.”
“El que teme
padecer padece ya lo que teme.”
“He cometido
el peor pecado que uno puede cometer: no he sido feliz.”
“Entre dos
males, siempre escojo el que no he probado nunca.”
“No hay
señal más segura de ánimo pequeño que el estar contento de todo.”
“Es más
fácil perdonar a un enemigo que a un amigo.”
“La moral es
a menudo el pasaporte de la maledicencia.”
“Los
pensamientos no pagan peaje.”
"Importa
mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de
ti."
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