La Fuente de los Caños del Peral (denominada
también como Lavadero de los caños del Peral1 ) fue una fuente monumental del
siglo XVII, situada bajo la plaza de Isabel II en Madrid (España). Recibe su
nombre de la existencia de un peral que proporcionaba sombra en 1263 a la
fuente. La fuente fue diseñada posteriormente por Juan Bautista de Toledo,
primer arquitecto del Monasterio de El Escorial, haciendo que se constituyera
por un conjunto de caños distribuidos a lo largo de 34 metros, con un frente de
sillares almohadillados de granito y caños monumentalizados mediante veneras de
granito. Junto a ella, se encontraba un acueducto denominado de Amaniel que
conducía el agua hasta el Palacio Real. Estuvieron en funcionamiento hasta
mediados del siglo XVIII.
La Fuente de los Caños del Peral es mencionada
en diversos textos literarios de la época, entre ellos la autobiografía del
soldado y escritor madrileño Alonso de Contreras conocida con el título de
Discurso de mi vida.
Historia.
Es posible que esta fuente fuese una de las
primeras de Madrid, siendo unos baños árabes.1 Este origen explicaría la existencia
de, no sólo unos caños, sino que además hubiera una construcción y unas
canalizaciones en torno al conjunto. La fuente segregada de los baños estuvo en
funcionamiento durante siglos. Se encontraba ubicada en las cercanías del
Monasterio de la Encarnación, en un terreno empinado y lleno de barrancos. Las
empinadas cuestas se dirigían al este del Alcazar. Durante la edad media el la
zona fue un barranco creado por el «arroyo del arenal» (en la actualidad calle
del mismo nombre). Hasta la llegada de la Corte de Felipe II a Madrid no estuvo
muy segura la posición de la fuente, la zona estaba poblada de acuíferos y la
documentación hace referencia a la fuente en segundo plano. En la actualidad se
conoce la posición exacta por el descubrimiento que se hizo en 2009 de algunos
de sus restos, siendo ubicada en en la confluencia de la calle de los caños del
Peral y la calle del Arenal. En el siglo XV, cuando se formó la plaza, tomó el
nombre de la fuente del peral. En la documentación de este siglo aparece también
como de las Hontanillas o Fontanillas. En algunas ocasiones denominada como
Fuentes del Arrabal, no cabe posibilidad de saber si se refieren a la misma
fuente o a alguna de las existentes en sus alrededores. La fuente constaba de
una decena de caños y diversas instalaciones que pueden verse en el plano de
Teixeira.
La fuente tenía anexado un lavadero con 57
pilas que empleaba el agua sobrante de los caños. Su uso era arrendado por el
Ayuntamiento. En 1663 el ayuntamiento vendió el lavadero, a causa de los conflictos
que le suponía su arrendamiento. Junto al lavadero, a comienzos del siglo
XVIII, se levantó la estructura del último corral de comedias de Madrid en el
solar adquirido por Francesco Bartoli, capocómico de la compañía italiana de
"los Trufaldines"; corral que más tarde se convirtió en el Teatro de
los Caños del Peral.
La fuente funcionó hasta mediados del siglo
XIX, y quedó enterrada al allanar los terrenos circundantes con el objeto de
construir la Plaza de Oriente, el Teatro Real y la misma Plaza de Isabel II.
Por una razón desconocida la fuente no se desplazó, ni quedó destruida, sino
tan sólo soterrada. A comienzos del siglo XX cuando se construía la red
subterránea del metro de Madrid de la línea 2 apareció la fuente enterrada a
una cota de ocho metros y se mantuvo intacta.6 En aquella ocasión se descubrió
uno de los pilones, así como una atarjea de ladrillos. Ya a comienzos del siglo
XXI y tras la reforma de la Estación de Ópera, terminada en 2011, se ha
inaugurado en el interior de la estación un museo arqueológico subterráneo
donde se puede ver la fuente.
Características.
La Fuente de los Caños del Peral, que
abastecía a la población madrileña a través de una distribución realizada por
los aguadores, poseía en sus instalaciones adyacentes un lavadero. En 1809, con
la creación de la actual plaza de Isabel II, quedó enterrada a diez metros. En
1991 fueron localizados durante las obras de ampliación realizadas por Metro,
siendo técnicamente imposible su integración en el andén.
En las obras que se desarrollan desde 2008
para la mejora de la accesibilidad de la estación de Ópera, se ha descubierto
en su totalidad la fuente, resaltando su buen estado de conservación.
Museo arqueológico.
Con la reforma de la Estación de Ópera
terminada en 2011 se ha inaugurado en el interior de la estación un museo
arqueológico subterráneo donde se puede ver la fuente. Se trata de un espacio
de 200 metros cuadrados donde los usuarios podrán contemplar los vestigios
arqueológicos de los siglos XVI y XVII encontrados en ese mismo lugar y que
formaban parte de la antigua Plazuela de los Caños del Peral (hoy Plaza de
Isabel II). Además de la fuente se puede ver el Acueducto de Amaniel (que
surtía de agua al Palacio Real) y otros elementos hidráulicos descubiertos
durante las obras de remodelación de la estación, como la Alcantarilla del
Arenal.
Citas Célebres:
“Manejar el silencio es más difícil que
manejar la palabra.”
“Aprender sin reflexionar es malgastar la
energía.”
“La maldad no necesita razones, le basta con
un pretexto.”
“El tiempo es un gran maestro que arregla
muchas cosas.”
"La educación y la cortesía abren todas
las puertas."
“Entre hombre y hombre no hay gran diferencia.
La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia.”
“Lo arbitrario no sólo es funesto cuando se
utiliza para el crimen. Empleado contra el crimen, también es peligroso.”
"En la vida no hay premios ni castigos,
sino consecuencias."
“El hombre no es la suma de lo que tiene, sino
la totalidad de lo que aún no tiene, de lo que podría ser.”
“Si no tienes enemigos es señal que la fortuna
te ha olvidado.”
“Era como un gallo que creía que el sol había
salido para oírle cantar.”
“Nada es suficiente para quien poco es lo
suficiente.”
“En la paz, los hijos entierran a los padres;
la guerra altera el orden de la naturaleza y hace que los padres entierren a
sus hijos.”
“Ninguna venganza mayor que un silencio mudo.”
“Mal gobernante el que exprime al pueblo
dándole poco a cambio.”
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