viernes, 7 de agosto de 2015

REY CARLOS III (Jardín Botánico)

Dos nuevas potencias, Rusia y Prusia, entraron en el mapa político europeo del siglo XVIII bajo los reinados de dos déspotas ilustrados: Catalina II y Federico II respectivamente. Ambos monarcas suscitaron interés y admiración en España, aunque la expansión rusa había alcanzado el Pacífico y se llegó a temer una alianza anglorrusa en el Mediterráneo. Tal evento no sólo no llegó a materializarse, sino que Rusia se opuso a la pretensión inglesa de controlar todos los movimientos marítimos en tiempo de guerra.
Mediterráneo
Carlos III había firmado un tratado de comercio con Turquía siendo rey de Nápoles y Sicilia, pues consideraba a este imperio un freno a los intereses ingleses, austríacos y rusos. El Monarca excluyó una alianza que estimó no sería bien recibida en el país, pero intervino en Orán que dependía del Imperio Otomano, con el doble objetivo de conseguir liberar el mar de piratas berberiscos y obtener concesiones económicas. En 1775 envió una expedición militar contra Argel al mando del general O´Reilly que acabó en desastre. Después de dos nuevos ataques, en 1783 y 1784, se firmó el Tratado Hispano-Argelino de 1786.
Pacífico.
En diversas áreas del Océano Pacífico el Virreinato del Perú y el Virreinato de la Nueva España tuvieron la autorización del rey Carlos III de expandir el poder español y afianzarlo en el Gran Océano. Así pues, hubo varios intentos de incorporar la costa de Oregón y Alaska al Virreinato de la Nueva España con expediciones como la de Bruno de Heceta y otras. Mientras tanto, en el océano Pacífico Sur (llamado en ese momento los Mares del Sur) el Virreinato del Perú de Manuel de Amat y Junient ordenó dos expediciones: la primera, en la que se descubrió la isla de Pascua por Felipe González de Haedo tomando posesión de ella en nombre de Carlos III en en 1770, y la segunda en 1772 capitaneada por Domingo de Bonechea que llegó al archipiélago Tuamotu y a las islas de la Sociedad donde estableció la soberanía española y la del rey sobre las islas. Los jefes de las principales aldeas de Tahití aceptaron la soberanía de España y ser súbditos de la corona española. Sin embargo, el proceso de ocupación de la Polinesia fue abandonado por el poco apoyo que le daban a esa iniciativa en Madrid y por los problemas religiosos del reino, por lo que dejaron la presencia española en esa área y abandonaron a finales de 1775.
Política interior: despotismo ilustrado
En política interior, intentó modernizar la sociedad utilizando el poder absoluto del Monarca bajo un programa ilustrado.
En la línea de la Ilustración propia de su época, Carlos III realizó importantes cambios —sin quebrar el orden social, político y económico básico, despotismo ilustrado— con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados, como el Marqués de Esquilache, Aranda, Campomanes, Floridablanca, Wall y Grimaldi
Las reformas de Esquilache.
El Monarca nombró al marqués de Esquilache Secretario de Hacienda. Éste incorporó señoríos a la Corona, controló a los sectores eclesiásticos y reorganizó las Fuerzas Armadas. Su programa de reformas y la intervención española en la Guerra de los Siete Años necesitaron más ingresos, que se consiguieron con un aumento de la presión fiscal y nuevas fórmulas, como la creación de la Lotería Nacional. Al mismo tiempo liberalizó el comercio de los cereales, lo que originó una subida de los precios de los productos de primera necesidad a causa de las especulaciones de los acaparadores y de las malas cosechas de los últimos años. Campomanes apoyó esta medida, pero el pueblo hizo responsable de todo al siciliano.

Citas célebres:
“Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello, no.” 
"Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria."
“Si quieres vivir en paz, escucha, observa y calla.”
“Los ángeles lo llaman placer divino; los demonios, sufrimiento infernal; los hombres, amor.” 
"Amar es lo contrario de utilizar."
"El corazón es un niño: espera lo que desea".    
"Lo último que uno sabe es por donde empezar".   
"No hay árbol que el viento no haya sacudido".         
"La única función del tiempo es consumirse: arde sin dejar cenizas". 
"El momento elegido por el azar vale siempre más  que el momento elegido por nosotros mismos".     
“Aprender sin pensar es inutil. Pensar sin aprender, peligroso”. 
“Mejor prevenir que curar”. 
“La brevedad es el alma del ingenio”. 
“El misterio es la cosa mas bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos”.
“Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones”. 

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