Construcción e inicio.
La obra se llevó a cabo en el solar de forma
trapezoidal y de seis mil metros cuadrados ocupados anteriormente por el
Palacio de los Duques de Medinaceli. Se presenta la licencia para la
construcción con planos firmados por el gabinete belga de estudios
arquitectónicos Leon Monnoyer et Fils, concretamente por el arquitecto Eduard
Ferrés i Puig.1 Los planos aparecen con sus leyendas en francés y están
firmados en diferentes fechas a lo largo del año 1910. A partir de este trabajo
se le encargarían posteriormente otros hoteles en otras capitales europeas. La
inversión inicial prevista era de quince millones de pesetas. Ferrés es un
arquitecto experimentado que posee numerosas obras en España y Portugal contó
para su diseño con los ingenieros de la empresa de Marquet: Leopold Ghende y
Max Linder. Posiblemente autores de algunas partes del edificio. Recorrió Europa
para conocer los mejores hoteles del continente europeo, entre ellos el Hotel
Palace de Bruselas. Una de las primeras obras fue la realización de un
basamento que soportara el desnivel existente entre la calle Medinaceli y la
Plaza de Cánovas del Castillo. La obra se adjudicó a la empresa catalana
Construcciones y Pavimentos S.A. propiedad de Joan Miró i Trepat con la
colaboración de León Monnoyer et Fils.
Las fechas de comienzo exactas no son
conocidas. El 9 de marzo de 1911 dieron comienzo las obras de vaciado, el 9 de
julio de 1911 se colocó la primera piedra culminando el proceso de edificación
el 12 de septiembre de 1912, fecha en la que se inauguró.2 La edificación
contaba desde sus inicios de una gran complejidad debido a la existencia de
diversos equipos de ingenieros especialistas en multitud de campos. Resultaba
necesario instalar ascensores, servicios sanitarios para los numerosos cuartos
de baño, conducciones de agua caliente, etc. Entre sus características más
innovadoras se encontraba su estructura totalmente en hormigón armado, que
permitió que la realización de la obra constructiva en tan solo siete meses. El
empleo de este material estuvo lleno de reticencias iniciales. Años antes se
vino abajo una construcción del tercer depósito del Canal de Isabel II, matando
a 40 obreros de la construcción.13 Este incidente hizo que se extremaran los
controles constructivos. La edificación estuvo llena de percances debido a la
incorporación de novedades en sus instalaciones tales como el sistema de comunicación
de agua que permitía tener water en cada habitación. Esta innovación superaba
en calidad al Ritz que desde sus inicios compartía este servicio entre varias
habitaciones. Para poder realizar las obras se contrató una brigada de
fontaneros traídos de Inglaterra, a los que se incorporaron ayudantes
españoles. Entre los arquitectos de ejecución de obra se encuentra Manuel
Álvarez Maya con el cargo de director de obra, colaborador habitual de Eduard.
El primer cliente registrado en el Hotel fue
el belga Leopold Ghende en la habitación 141 la noche del día 21 de septiembre
de 1912. Poco a poco se comenzaban a ofrecer en el Hotel los servicios
cervecería-café denominada "La Brasserie". La cervecería, ubicada en
los bajos, fue muy popular en la época ya que ofrecía cervezas alemanas de
importación de las marcas: Löwenbräu (München) y Genossenbräu (cerveza pilsen
procedente de Bohemia). Estas cervezas se traían a España mediante un novedoso
sistema de transporte refrigerado directamente de su origen. La brasserie se
empleaba también como salón de exposiciones. Este hotel tenía como innovación
la presencia de teléfono (e interfono con la administración del Hotel) en cada
una de sus cuatrocientas habitaciones. Este sistema de comunicación sólo se
empleaba en otro Hotel. Se atendían los servicios del hotel con un conjunto de
seiscientos empleados distribuidos a lo largo del edificio. A pesar de comenzar
sus operaciones el día 21 de septiembre, oficialmente fue inaugurado el 12 de
octubre por el Gobierno Español representado por el primer ministro José
Canalejas (unos meses antes de morir en un atentado) y varios millares de
invitados entre los que no asistió el Rey, debido al luto por la reciente
muerte en complicaciones del parto (15 de septiembre) de la infanta María
Teresa. El acto fue amenizado por la Orquesta Sinfónica de Madrid y cantó la
tiple Elvira Hidalgo en el espacio del jardín de Invierno. Ocupándose al
completo los cuatro grandes salones. Los cuatro salones se denominan:
Medinaceli, Neptuno, Cortes y Francés. La Gerencia del Hotel hizo acuñar una
medalla conmemorativa de la inauguración. El día de la inauguración el Hotel se
encontraba con su aforo completo.
El edificio es galardonado en 1914 por el
Ayuntamiento de Madrid por ser el mejor edificio construido de la ciudad. El
entorno urbanístico del Hotel comienza a poblarse de edificios. El arquitecto
Antonio Palacios comienza a construir por encargo en 1913 un edificio de
viviendas (posteriormente edificio "La Sud América" y en la actualidad
un Hotel NH Paseo del Prado
Imperio Marquet.
Pronto adquiere Marquet el Ritz y con ello
crea un espacio dual, por regla general al Ritz van los personajes más
distinguidos. Algunos potentados como Juan March llegaron a reservar en 1918
habitaciones en el Hotel durante largos periodos de tiempo. Otros famosos
siguieron su ejemplo, uno de los más conocidos fue Alberto Santos Dumont. El
estallido de la Primera Guerra Mundial y la posición neutral de España en el
mismo atrajo un nutrido éxodo de la realeza y alta burguesía europea hacía
Madrid. Durante este periodo las habitaciones de ambos hoteles estuvieron
constantemente repletas. Esta situación hizo que el Palace fuese denominado el
"último refugio de la civilización". En sus salones se reunían los
elementos más variados de la sociedad europea exiliada por la Guerra. Se hacían
negocios de retaguardia. La inclusión de la espía alemana Mata Hari entre los
visitantes no queda clara en los que declaran la historia del Hotel. El final
de la Guerra marcó una etapa de esplendor en el Hotel.
El Hotel de los primeros años era un éxito
social que compartía con otros locales madrileños (como era el Casino de Madrid
o el restaurante Lhardy), en sus salones durante las festividades se reunía la
aristocracia y la alta burguesía. Se hizo famoso el salón de baile vespertinos
del The del Palace (salón de té). Estas celebraciones rivalizaban con las del
Ritz. La cervecería de la Brasseri, a partir de 1923, se convertirá en la
orquesta negra americana Jackson del Rector's Club y se hicieron populares las
primeras sesiones de Jazz en Madrid. La orquesta de la época que amenizó las
noches madrileñas de los años veinte se denominaba: "Jackson
Brothers", compuesta de un conjunto de músicos negros traídos de Nueva
York. Se celebraron igualmente sesiones pugilísticas y de esgrima. La cercanía
con el Congreso de Diputados hace que exista afluencia del mundo de la
política. En sus salones se llegó a discutir si Antonio Maura debía o no
hacerse con el Gobierno de España en 1918 tras la abdicación de Alfonso XIII.
El periodo de post-guerra se caracterizó por la abundancia de políticos y de
industriales catalanes entre los residentes y habitantes de sus salones.
Eran habituales de la cervecería del Palace
del brasserie algunos estudiantes de la Residencia de Estudiantes como lo eran
Dalí, García Lorca y Luis Buñuel.16 Debido a la creciente demanda de locales de
reunión en los años veinte el Hotel afronta en 1925 la primera reforma de
importancia dirigida por el arquitecto Martín Domínguez. Esta reforma trajo
como consecuencia la construcción de un bar, la compra de múltiples mesas de
billar así como la adaptación de la planta baja para que fuese empleada como
concesionario de Citröen. Esta sucursal desapareció décadas después,
permitiendo la instalación de otros negocios.
La llegada de la Guerra Civil tras el
alzamiento, hizo que disminuyera la clientela y el inmueble se convirtió, ya
desde el 18 de julio de 1936, en embajada de la Unión Soviética en Madrid
durante un periodo de siete semanas. Se dedicó a este cometido sólo la primera
planta del edificio. El resto quedó en manos de un comité de trabajadores hasta
que el 4 de noviembre de 1936, al ver el Ministerio de la Guerra un repliegue
de las tropas del sur, decide convertirlo en un hospital de sangre, denominado:
"Hospital de Base número 1". El médico Manuel Bastos Ansart decide
trasladar el Hospital Militar de Carabanchel, debido a su proximidad con el
avance de las tropas asaltantes por el noroeste de la ciudad, evacuándose por
completo y trasladado su personal y material quirúrgico al Hotel. En la planta
baja se instalan los quirófanos de urgencias. Se estableció además un hogar
para niños desamparados. Se instalaron en el Hotel casi ochocientas camas
repartidas a lo largo de los seis pisos. La cúpula que iluminaba el salón de
baile sirvió para hacer operaciones en esta época de finales de los años 30,
después de que las bombas acabaran con la luz eléctrica. La última planta se
dedicó a viviendas de los empleados que ahora se dedicaban al transporte de
enfermos. El edificio sufrirá durante la defensa de Madrid los efectos del
intenso bombardeo aéreo que afectó al Museo del Prado y aledaños. Concretamente
el 16 de noviembre cayeron dos proyectiles sobre el edificio que
afortunadamente no explotaron.
Tras el periodo de Guerra Civil, ya a
comienzos del año 1939, George Marquet recupera el Hotel que tuvo que
restaurarse por completo, debido en parte al uso intensivo como hospital de
campaña, y de las sucesivas incautaciones del edificio. George Marquet fijó su
residencia en el propio hotel cuando se encontraba de visita en Madrid, a pesar
de poseer diversos hoteles de lujo en Madrid. En esta segunda remodelación del
Palace se cambió el estilo de las habitaciones renovando su mobiliario que se
adaptó a un estilo de sobrio clasicismo. El 1 de octubre de 1939 regresa a las
funciones hosteleras. Muchos de los propietarios de casas lujosas de Madrid al
regresar a la capital, tras el conflicto, comenzaron a ocupar habitaciones del
Palace y del Ritz en espera de reparaciones de sus viviendas. Situación que
volvió a completar el aforo del Hotel.
Características.
El edificio se construyó empleando materiales
muy novedosos, entre ellos figura el hormigón armado. Se diseña desde sus
inicios con clara vocación de ser un Hotel singular en el centro urbano de
Madrid. Singular por lo novedoso de sus servicios, y por los materiales
empleados. El edificio que adquiere con el tiempo valor histórico, debido a su
ubicación en el eje neoclásico del paseo del Prado. El estilo de la fachada
forma parte de la corriente del eclecticismo urbano. Posee una composición
clásica compuesta de: basamento, cuerpo, coronación. El basamento está
realizado con piedras. El cuerpo consta de ventanas que dan a las habitaciones
de las cuatro primeras plantas del Hotel que van agrupadas en ejes verticales.
Las ventanas del quinto piso se rematan en una especie de friso de remate. Las
ventanas son salientes (de tipo bow-window) y se disponen como miradores. La
coronación se encarga de comunicar los cuatro torreones en una especie de
cubierta muy inclinada de estilo mansarda. La arquitectura se diseñó bajo la
inspiración de otros hoteles parisinos de la época. A pesar de ello en el
edificio se ensayaban nuevos modelos constructivos, que adquirieron éxito
debido a la celeridad y efectividad de la construcción: realizada en pocos
meses. Será influencia posteriormente en la arquitectura madrileña, muchos de
los nuevos edificios construidos en la nueva Gran Vía y en la calle de Alcalá
se inspirarían en este edificio.
Se trata de un edificio de seis plantas sobre
rasante y tres en subterráneos. En los subterráneos se encuentra la maquinaria
e instalaciones de mantenimiento. Con planta poliédrica de cuatro lados y
perímetro de trescientos metros, todos ellos limitados por las calles: Duque de
Medinaceli, Carrera de San Jerónimo, Plaza de Cánovas del Castillo y Cervantes
respectivamente. Esta disposición da lugar a cuatro fachadas de ventanales. En
las esquinas del poliedro con un torreón cilíndrico, todos ellos rematados con
una cúpula. El color de las fachadas es blanco y contrasta con el color negro
de las cubiertas de pizarra empleada en la coronación del edificio. El motivo
ornamental más repetido son las guirnaldas. El edificio posee una cornisa común
horizontal (no paralelo a la inclinación del pavimento). La última planta fue
destinada al personal de servicio de los residentes, es decir chóferes, amas de
llaves, asistentas, etc. Era denominada la dependencias de correo: chambres de
courriers. La fachada que da a la Plaza de Cánovas tiene un anuncio luminoso de
grandes dimensiones que muestra en letras rojas de neón: PALACE HOTEL. El Hotel
Palace cuenta con 468 habitaciones, de las cuales 45 son suites. El servicio de
lencería del Hotel fue siempre muy esmerado.
Entrada y Hall.
El acceso principal al edificio se produce por
la esquina del edificio que mira a la Plaza de las Cortes. Se encuentra
cubierta por una marquesina. Acceso que se contemplaba ya desde los primeros
diseños del edificio y que resulta original por no encontrarse como es habitual
en uno de los ejes de simetría de las fachadas. El acceso se produce en ascenso
sucesivo de dos escalinatas, la primera permite llegar al hall interior de
recepción y la otra para alcanzar el nivel general de la planta. En esta última
cota es donde se encuentran los: los salones, la tienda y el jardín de
invierno. Esta primera cota (denominada "Planta Noble"), es el lugar
donde se encuentran los espacios comunes de carácter representativo. Tras
acceder, desde la recepción y conserjería, a la planta noble se entra en un vestíbulo
de distribución que permite ir hacia las habitaciones, a la tiendas interiores
o a los diferentes salones. El diseño del interior y de este acceso obliga al
visitante a recorrer una secuencia de estancias antes de lograr el destino
deseado dentro de él.
Jardín de Invierno y los salones.
El jardín de invierno aparece en los diseños
iniciales de 1910 del arquitecto catalán Eduard Ferrés i Puig. Es uno de los
espacios de mayor personalidad y representatividad dentro de los espacios
públicos del Hotel. El acceso directo desde la entrada lleva al jardín. Este
espacio de planta circular se encuentra ubicado justo en el centro de la
planta, en su interior y es de estilo Art Nouveau, se encuentra cubierto con
una cúpula de vidrieras de colores sostenidas por columnas dobles. El espacio
diáfano se mantiene debido a unos arcos de hierro que la soportan. Este espacio
posee una iluminación natural por el día debido a estar inserta en el fondo de
un patio interior. En torno a este espacio se ubican perimetrálmente los salones
y restaurantes.
El salón de lectura en la actualidad es el bar
y lugar de servicio de los desayunos. El restaurante se colocó de tal forma que
estuviera en la misma planta que la cocina, evitando largos caminos del
servicio de mesa. El edificio se diseñó, ya desde sus inicios, como un espacio
capaz de interaccionar con la vida social de Madrid, para ello se diseñaron
lugares de encuentro en forma de salones. Existe un restaurante oriental
denominado el Asia Gallery, así como La Rotonda otro en el que se ofrece cocina
española. Algunas de las salas se encuentran decoradas con tapices procedentes
de la Real Fábrica de Tapices.
Los bajos del Hotel.
El desnivel existente entre la calle del Duque
de Medinaceli y la cabecera de la Plaza de Cánovas se ha resuelto con la
inclusión de los bajos, en ellos estuvo inicialmente la famosa cervecería de
los años veinte. Los bajos ocupan una superficie de 2.700 metros cuadrados. La
zona se dedicó a restaurante y a la colocación de una sala con mesas de billar
(constaba de 55 mesas). Arquitectónicamente estos bajos hacen de zócalos que
elevan los basamentos y ponen el edificio en un mismo nivel. Estos bajos fueron
funcionalmente independientes de los servicios del Hotel y se accedía a ellos
sólo desde las puertas insertas en la fachada que da a la Plaza de Cánovas del
Castillo. La sección de Planet Hollywood estuvo instalada durante unos años
hasta que se cerró en 2008.
Citas Célebres:
“Un hombre instruido es un
hombre ocioso que mata el tiempo estudiando.”
“El silencio
es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.”
“El
verdadero mal para el hombre no es el que sufre, sino el que hace.”
“La
opulencia tiene su miseria: es cobarde y se apega a la vida.”
“La guerra
es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se
conocen pero que no se masacran.”
“La
diligencia pronto compra y deprisa vende.”
“Los hombres
no aman naturalmente sino aquello que puede serles útil.”
“Ni el amor
ni el poder necesitan compañía.”
“Negar un
hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue
siendo un hecho.”
“Dando
libertad a los esclavos la aseguramos a los libres.”
"La
verdad es una antorcha que luce entre la niebla, sin disiparla."
“Sin
concordia no puede existir ni un estado bien gobernado ni una casa bien
administrada.”
"Formémonos
una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable."
“Una vida en
que no cae una lágrima es como uno de esos desiertos en que no cae una gota de
agua: sólo engendran serpientes.”
“En todas
las épocas los pequeños han tenido que expiar por la tontería de los grandes.”
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