miércoles, 23 de septiembre de 2015

ATENEO DE MADRID

Las Juntas de Gobierno del Ateneo de Madrid (1835-1936): evolución histórica.
Tras el establecimiento del Ateneo se encontró en la necesidad de dotarse de una reglamentación que encauzara su funcionamiento institucional, en este sentido se discutió un proyecto de Estatutos del Ateneo Científico, Artístico y Literario de Madrid durante el año 1835. En el Capítulo 2º de ese proyecto se hace mención a los oficios (cargos) del Ateneo y del modo de proceder a su elección. Así quedó establecido que las elecciones de oficios se llevarían a efecto en una junta general convocada en el mes de diciembre, y los electos empezarían á ejercer sus funciones en la primera de enero próximo (Art. 7).
Precisando la composición de la Junta, en el Art. 8º, del mismo proyecto, se alude a ello: “el Ateneo tendrá un presidente, dos consiliarios, dos secretarios, un archivero-bibliotecario, un contador, y un depositario”. Excepto este último cargo que era trienal, los demás tenían una duración anual. Todos podían ser reelegidos, pero necesitarán obtener las dos terceras partes de votos de la junta general.
Se estableció un orden de actuación y protocolario para ejercer las sustituciones entre los miembros de la Junta de Gobierno (Arts. 11-12). Los consiliarios desempeñaban según su orden en las juntas los puestos inmediatos al presidente, y ejercían las funciones de censores para hacer guardar el orden, observar el reglamento, y dirigir la discusión; los secretarios ocupaban el siguiente lugar para el ejercicio de sus funciones.
Los consiliarios sustituían al presidente por orden de su antigüedad; á falta de ellos los presidentes de sección por el suyo, y a la de todos los anteriormente mencionados la presidencia de las sesiones de la Junta era desempeñada el socio más antiguo.
Quedó establecido que se procediera a la aprobación de un reglamento para especificar con mayor detalles las funciones de cada cargo, pero de él no tenemos noticias, por el momento.
Hay que notar una excepcionalidad, entre los años 1835 a 1839, se incluía como miembro de la Junta de Gobierno a un Inspector que se encargó del gobierno interno y establecimiento-acondicionamiento del edificio e instalaciones del nuevo Ateneo, el cargo recayó en Pedro Rico y Amat, y su presencia en las Junta de Gobierno es constante en esos años hasta que desaparece en el año 1839-40, hasta esa fecha fue reelegido por unanimidad.
Los Estatutos de 1838 no supusieron ningún cambio sustancial con respecto a la composición de la Junta de Gobierno que permaneció inalterada, al ser una reimpresión que se produce en ese año de los fundacionales de 1835.
Hay que esperar al año 1850 cuando los nuevos Estatutos establezcan una nueva mecánica en el sistema de elección de la Junta.
El Gobierno del Ateneo mantenía un órgano colegiado formado por el Presidente, dos Consiliarios, dos Secretarios, un Archivero-bibliotecario, un Contador y un Depositario, que constituyen la junta gubernativa de la corporación.
La Junta de Gobierno se elegía por mayoría relativa, y era renovada por mitad todos los años (he aquí la novedad), pudiendo ser reelegidos sus individuos.
Las elecciones se efectuaban en una junta general convocada al efecto en el mes de diciembre. Los electos empezaban a ejercer sus funciones el día primero de enero.
Por lo demás pocas variaciones resultaron con respecto a las sustituciones entre los miembros de la Junta que seguía sin modificación alguna.
Las funciones de cada oficio se mantenía sin definir, al no establecerse las competencias.
Durante 26 años se mantuvieron en vigor estos Estatutos, aunque es de suponer que con algunas leves modificaciones que se nos escapan a nuestro conocimiento al no disponer de datos y fuentes documentales al respecto.
Sólo podemos aportar una fecha digna de ser recordada por especial vinculación a la institución, es la del 31 de diciembre de 1868. En la Junta extraordinaria convocada para ese día se dispuso dedicar un recuerdo a la memoria de las distinguidas personas que presidieron la Sociedad, acordándose la formación de dos galerías una de los Presidentes que hayan sido o lo sean en lo sucesivo y otra de socios ilustres. He aquí el origen de la galería de retratos.
El Reglamento del año 1876 supuso un mayor grado de especificación en cuanto las atribuciones de los diversos miembros de la Junta de Gobierno, además añadía otras novedades que pasamos a desglosar.
La Junta de Gobierno o Directiva se componía de un Presidente, un Vicepresidente (cargo de nueva creación), dos Consiliarios, un Archivero- Bibliotecario, un Contador, un Depositario y tres Secretarios (se aumenta en uno el número de secretarios que era hasta entonces dos).
La Junta de Gobierno se elegía por mayoría relativa y se renovaba anualmente por mitad. El Presidente se elegía todos los años. Todos los individuos de dicha Junta podían ser reelegidos (art. 29).
Para cumplir con lo dispuesto en el art. 29, se renovaron en las primeras elecciones tras la aprobación de este Reglamento los cargos correspondientes, y además se eligieron, en Junta general extraordinaria, las personas que debían de desempeñar los de Vicepresidente y Secretario 3.º, de nueva creación.
Para las elecciones de diciembre de 1876 y siguientes, se estableció dos agrupaciones de cargos: primera Presidente, Consiliario 2º, Bibliotecario, Depositario y Secretario 2°; y segunda, Presidente, Vicepresidente, Consiliario 4º, Contador y Secretarios 1° y 3.º
Las elecciones se efectuaban, en una Junta general extraordinaria, que ha celebrar en el mes de Diciembre de cada año y en la forma siguiente: “1.º Será secreta la elección y se hará por medio de papeletas. 2.º No podrá ser elegido para la Junta de Gobierno el Socio que no tenga su residencia habitual en Madrid. 3.º En caso de empate, se considerará elegido el Socio más antiguo. 4.º El elegido para sustituir á uno que haya dimitido se considerará como sustituto de aquel á quien reemplace”.
En el art. 31 quedaban consignadas los deberes y atribuciones de la Junta de Gobierno: “1.º Vigilar por la puntual observancia del Reglamento; 2.º Acordar, conforme al mismo, lo que crea más conveniente á la mayor prosperidad del Ateneo; 3.º Convocar Junta general extraordinaria; 4.° Cuidar del monetario y demás objetos curiosos ó útiles del Ateneo; 5.° Administrar los fondos de esta Sociedad y 6.° Dar razón de sus actos todos los meses en la Junta general ordinaria, y cuenta anual en la extraordinaria de Diciembre de cada año”. Igualmente se definían las atribuciones de los miembros de la Junta.
Así en cuanto al Presidente: “ejerce las funciones propias de su cargo y además tiene la obligación de poner el V.° B.º en todos los gastos acordados por la Junta de Gobierno y en todas las cuentas que se presenten á la Junta general: es reemplazado por el Vicepresidente, y éste, á su vez, por cada uno de los Consiliarios. También deberá el Presidente pronunciar un discurso, científico ó literario, al inaugurar las Cátedras y Seccioes del Ateneo, lo cual habrá de verificarse en los meses de Octubre ó Noviembre”.
Los Consiliarios cuidaban del buen orden y esmero que debe haber en todos los departamentos de esta Sociedad.
Los Secretarios redactaban las actas de las Juntas de Gobierno y Generales, darán cuenta de lo que la Junta Directiva haya determinado poner en conocimiento de la General, y firmarán los avisos y circulares que fuesen necesarios para cumplir los acuerdos de la Junta Directiva y del Ateneo. En la Junta extraordinaria de Diciembre presentarán los Secretarios un resumen de cuanto se haya hecho, durante el año, por el Ateneo y sus Secciones.
Los acuerdos de la Junta de Gobierno se tomaban por mayoría absoluta de votos.

El individuo de la Junta Directiva que cesaba en el desempeño de su cargo por más de cuatro meses, se entendía que lo renunciaba, procediéndose á su reemplazo en Junta general extraordinaria. Lo mismo se verificaba en el caso de renuncia expresa ó de vacante por cualquier otra causa.

Citas Célebres:
“Las penas del mañana son más temibles que las del pasado.”
“Puesto que nada hay más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin contar.”
“El precio del hombre es su voluntad.”
“Porque dichas que se pierden son las desdichas más grandes.”
“Hoy por ti, mañana por mí “
“Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo.”
“Recordad que a lo largo de la historia, siempre ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo, han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre.”
“Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cual es.” 
"Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas, una vez en la vida." 
“Nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña a soportar la soledad.” 
"Las críticas no serán agradables, pero son necesarias." 
“A veces, el silencio es la peor mentira.” 
"Primero descubre lo que quieres ser; luego haz lo que tengas que hacer." 
“Hacer algo bien vale más que decirlo bien.” 

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