sábado, 12 de septiembre de 2015

RESTOS MURALLA ARABE - MADRID

Fragmentos visibles.
Se trata del fragmento más importante, tanto por lo conservado como por su disposición a la hora de ser visitado. Las excavaciones realizadas en él en 1972–1975 y 1985 en adelante han sido complementadas con el derribo de un edificio decimonónico que se asentaba sobre el propio lienzo, y que arrojó muchos datos. Esto se produjo dos años después de 1985, lo cual supuso también una restauración y puesta en valor del tramo de la muralla.
Tiene a la vista, aproximadamente, unos 120 metros de longitud. Esta parte de la muralla se ha conservado por haber sido utilizada como muro de carga en edificios de época moderna, que tras su demolición han permitido que los restos afloren. Sin embargo, el hecho de que haya sido utilizado como cimiento no debe pasar por alto, pues toda la muralla ha podido tener tal destino. Al parecer, numerosos tramos de la muralla fueron reedificados y remodelados, y otros quizá sufrieron más en el transcurso de la historia.
Se trata de un lienzo de una anchura en torno a los 2,6 metros, algo bastante coherente si se pone en relación con el tamaño de las torres que se hallan alrededor del mismo. Son dos paramentos exteriores que en su interior cuentan con mampostería a modo de núcleo. La mampostería se encuentra unida con argamasa de cal. Es interesante que todos los materiales que conforman el lienzo pertenezcan a zonas relativamente cercanas a la ciudad, lo cual reafirma una vez más el interesante papel geoestratégico de la elevación en la que surge la ciudad islámica.
Profundizando en los dos paramentos, sus partes inferiores están formadas por bloques de sílex de gran tamaño, tallados únicamente en su cara externa y ligeramente desbastados —aunque no modelados— en el interior. A partir de ahí se levantan sillares de piedra caliza, ofreciendo una nueva constatación de que el trazado es de origen andalusí, pues los materiales siguen el estilo de aparejo cordobés, el cual es una constante en los siglos en los que se desarrolla la vida en Madrid. El aparejo cordobés consiste en un sillar a soga —la parte más larga del mismo al exterior— y dos o tres a tizón —la parte corta visible—. Esto es difícil de apreciar a lo largo del lienzo, debido al paso del tiempo. De hecho, es posible que la muralla fuese remodelada en el siglo X tras un asedio de Ramiro II de León, pero en ningún caso reconstruida.

Constatar a pie de muro el aparejo cordobés puede ser difícil, pues cuando se puso en valor a finales de los años 80 se aplicó un enlucido en blanco, que si bien estaba encaminado a ocultar algunos parches implantados en la muralla durante su etapa como muro de carga también ocultó algunos detalles. Por otro lado, el pequeño arco que se aprecia tapado pudiera ser una suerte de desagüe sin mayor interés, lo cual se deduce por la documentación de época moderna, que señala el paso de un pequeño arroyo por esa zona. Para intentar ofrecer una perspectiva más histórica se recreó un pequeño talud para intentar reconstruir el ambiente de época, tan transformado por el crecimiento de Madrid.

Citas Célebres:
“A menos que creáis en vosotros mismos, nadie lo hará; éste es el consejo que conduce al éxito.” 
"Tened cuidado con la tristeza. Es un vicio." 
“Los verdaderos bienes, sólidos y eternos, son aquellos que dan la razón.” 
“No siempre lo posterior a un momento determinado significa progreso.” 
"La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano." 
“La disciplina consiste en que un imbécil se haga obedecer por los que son más inteligentes.” 
“Somos más sinceros cuando estamos iracundos que cuando estamos tranquilos.” 
“Los silencios no prestan testimonio contra sí mismos.” 
“Vivir en los corazones que dejamos tras nosotros, eso no es morir.” 
“Quien siempre dice la verdad, puede permitirse tener mala memoria.” 
“El que ama la guerra civil es un hombre sin lazos de familia, sin hogar y sin ley.” 
“La práctica debería ser producto de la reflexión, no al contrario.” 

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