El Casón del Buen Retiro es uno de los dos
únicos edificios que han sobrevivido a la destrucción del Palacio del Buen
Retiro, del que toma su nombre, en Madrid (España). Construido por Alonso
Carbonell en 1637 fue diseñado inicialmente como un espacio para salón de baile
de la Corte de Felipe IV.
Desde 1971 es uno de los edificios que
conforman el Museo del Prado, y durante décadas ha albergado sus colecciones de
pintura del siglo XIX (unos 3.000 cuadros) así como el Guernica de Picasso.
Esta célebre pintura se trasladó al Museo Reina Sofía en 1992, y el Casón, tras
años de obras, se ha reabierto como Centro de Estudios del Museo en 2009,
mientras que las colecciones del XIX se han reubicado en la sede principal del
Prado gracias a la ampliación de Rafael Moneo.
Historia.
El llamado Casón fue construido por Alonso
Carbonell en 1637 como Salón de Baile del Palacio del Buen Retiro. En origen no
fue un edificio independiente, sino una crujía o segmento dentro de una
sucesión mayor de edificios. Fue a raíz de perderse los restantes cuando quedó
exento.
El otro edificio superviviente del Buen
Retiro, el denominado Salón de Reinos, fue durante décadas la sede del Museo
del Ejército, hasta su traspaso al Museo del Prado.
En la decoración del Casón participó el pintor
napolitano Luca Giordano, quien pintó la Alegoría del Toisón de Oro en la
bóveda del edificio. Prácticamente es lo único original que subsiste del
edificio, aunque en realidad este mural está muy restaurado por dos pintores
del siglo XIX, Germán Hernández Amores y José Garnelo. Ya que en el siglo XIX,
tras la destrucción del Buen Retiro, el Casón experimentó una ampliación y se
le añadieron dos nuevas fachadas, de estilo neoclásico. Fueron diseñadas por el
discreto arquitecto Mariano Carderera, pero la occidental hubo que rehacerla al
derrumbarse tras un ciclón que asoló esa zona de Madrid y que causó por ejemplo
también graves daños en el Real Jardín Botánico, en el que derribó 564
árboles.2 A causa del derrumbe Carderera fue apartado de la dirección de las
obras del edificio, encargándose la nueva fachada al destacado arquitecto
burgalés Ricardo Velázquez Bosco. El espacio del edificio fue dedicado al Real
Gabinete de Estudios Topográficos desde 1831, creado por el ingeniero León Gil
de Palacio. Anteriormente fue la sede del Real Gabinete de Máquinas creado por
Agustín de Bethencourt.
A lo largo del siglo XX, el Casón (llamado así
por el aspecto desolado que ofrecía) se empleó para distintos fines. Es en 1971
cuando se cede al Museo del Prado para alojar la colección de pinturas del
siglo XIX.
Estas pinturas habían pertenecido al Museo de
Arte Moderno, creado en 1894. Con el constante aumento de fondos de aquél, en
1971 se decidió devolver las pinturas del XIX al Prado y dejar las restantes,
del siglo XX, en un nuevo edificio construido en la Ciudad Universitaria, el
Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC) (este museo se transformaría en 1988
en un nuevo museo, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, trasladándose
en 1992 a su actual ubicación).
El Casón del Buen Retiro recibió en 1981 el
Legado Picasso, cuya obra más importante era el Guernica. Junto a él se
exponían otros significativos legados, como el de Arthur Douglas Cooper o el de
Pilar Juncosa, la viuda de Joan Miró.
El Guernica, junto a gran parte de la pintura
de vanguardias, estuvo expuesto en el Casón del Buen Retiro hasta 1992, cuando
fueron trasladados al Museo Reina Sofía en virtud de un nuevo decreto que
dividía las colecciones públicas de arte: los artistas que habían nacido
después de Picasso irían al Reina Sofía, y los nacidos antes se quedarían en el
Prado. Sin embargo, con el afán de reforzar la importancia del resto de las
colecciones del Reina Sofía —por entonces todavía muy desiguales y a falta de
una identidad clara y definida—, se contemplaron algunas importantes
excepciones de pintores que, como Ramón Casas, Santiago Rusiñol, Joaquín Mir o
Darío de Regoyos, eran todos anteriores a Picasso pero cuya fama podía dar
mayor solidez al nuevo museo que se acababa de crear.
Citas Célebres:
“Vivimos en un mundo en el que
un loco hace muchos locos, mientras que un sabio hace pocos sabios.”
“El castigo
del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad.”
"Aunque
seas tan casto como el hielo y tan puro como la nieve, no escaparás de la
calumnia."
“Las cosas
materiales matan al hombre sin sufrimiento; el amor lo reanima con vivificantes
dolores.”
“La mayor
parte de los hombres son capaces más bien de grandes acciones que de buenas
acciones.”
"La
imaginación es el ojo del alma."
“Vale más
errar creyendo, que errar dudando.”
“No hay cosa
más excusada y aun perdida que el contar el miserable sus desdichas a quien
tiene el pecho colmado de contentos.”
“Somos una
imposibilidad en un universo imposible.”
“Dícese con
poca propiedad que el aburrimiento es un mal común. Podrá ser común el estar
desocupado u ocioso, pero no aburrido. El fastidio no cabe sino en aquellos que
no tienen espíritu.”
“Donde no
hay caridad, no puede haber justicia.”
“Lo que
habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso, o no será
vuestro.”
“El pueblo
es tumultuoso por costumbre, descontento por miseria y omnipotente por el
número.”
“Prefiere el
bastón de la experiencia al carro rápido de la fortuna. El filósofo viaja a
pie.”
“Cuando uno
está dominado por el lujo, la privación de lo superfluo le es casi tan sensible
como la falta de lo necesario.”
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