La plaza de Oriente está situada en el centro
histórico de la ciudad española de Madrid. Se trata de una plaza rectangular de
cabecera curvada, de carácter monumental, cuyo trazado definitivo responde a un
diseño de 1844 de Narciso Pascual y Colomer, heredero de varios proyectos
anteriores. Uno de sus principales impulsores fue el rey José I, quien ordenó
la demolición de las casas medievales situadas sobre su solar.
Está presidida por dos de los edificios más
relevantes de la capital: su contorno occidental lo delimita el Palacio Real y
el oriental el Teatro Real. Su cara norte la conforma el Real Monasterio de la
Encarnación, al que le fue expropiado el Huerto de la Priora para integrarlo
dentro de la plaza.
Además de los citados edificios, esta plaza monumental
alberga diferentes jardines histórico-artísticos y una colección escultórica,
en la que destaca especialmente la efigie de Felipe IV, obra del siglo XVII de
Pietro Tacca. Está considerada como la primera estatua ecuestre del mundo
sujetada únicamente por las patas traseras del caballo.
Toponimia.
Existen varias teorías acerca de la
denominación de esta plaza. La más aceptada alude a su situación geográfica, al
oriente del Palacio Real. Por extensión, este edificio ha pasado a ser conocido
como Palacio de Oriente.
Otra hipótesis hace referencia al rey José I
—que recibió el apelativo popular de Pepe Botella—, uno de los principales
impulsores de la plaza, ya que fue él quien ordenó el derribo del caserío
existente en los aledaños del Palacio Real. La posible pertenencia de José
Bonaparte a la masonería y su obediencia al Gran Oriente de Francia se
encontraría en el origen del nombre de la plaza, bautizada así en honor de
dicha logia.
Historia.
La idea de realizar una gran plaza junto al
Palacio Real de Madrid se remonta al siglo XVIII, con el proyecto de Juan
Bautista Sachetti, uno de los arquitectos del edificio, de situar una zona
ajardinada en su parte oriental.
Durante el reinado de José Bonaparte, que se
extendió desde 1808 hasta 1813, se acometieron las primeras demoliciones de
manzanas en el entorno del palacio, dentro de un plan urbanístico de apertura
del viario para toda la ciudad, que le valió al monarca el sobrenombre de Pepe
Plazuelas (además del ya citado de Pepe Botella).
Al impulso de Fernando VII se debieron las
nivelaciones de tierras, el inicio de algunos edificios del contorno de la
plaza y el derribo del teatro de los Caños del Peral (ubicado en la Plaza de
Isabel II). Su proyecto, diseñado en 1817 por Isidro González Velázquez, tenía
como eje principal la construcción de un teatro (que después sería el Teatro
Real) en el lado opuesto del palacio. Las obras de este coliseo comenzaron en
1818 y fueron dirigidas hasta 1831 por Antonio López Aguado, autor de su trazado.
En lo que respecta a la plaza propiamente
dicha, el proyecto de González Velázquez disponía una planta semicircular,
articulada alrededor de un pórtico y seis manzanas de casas, tres a cada lado
del teatro.
En 1836, durante el reinado de Isabel II, se tomó
la decisión de derribar los edificios comenzados en tiempos de Fernando VII y
acometer un nuevo diseño, acorde con el Teatro Real. A pesar de que este
edificio no se concluyó hasta 1850, su fachada occidental, la que da a palacio,
fue un condicionante en todo momento en el trazado de la plaza.
En 1842, se barajó la posibilidad de realizar
una plaza rectangular con cabecera curvada, cerrada por seis manzanas
simétricas. Esta planta fue finalmente incorporada, si bien se redujo el número
de manzanas a dos, una a cada lado del teatro, según el diseño definitivo de
Narciso Pascual y Colomer (1844). En 1851, empezaron a construirse los
edificios de viviendas del contorno de la plaza, a partir de este último royecto.
Los jardines de la plaza han sufrido
importantes variaciones a lo largo del tiempo. Hasta 1941, se disponían
circularmente alrededor del monumento a Felipe IV, que ocupa el centro del
recinto. En torno a la estatua del monarca, estaban situadas 44 esculturas,
correspondientes a diferentes reyes españoles, pero en 1927 se redujo su número
a veinte.
El diseño actual de los jardines, creado en
1941, sigue tomando como punto de referencia la eifigie de Felipe IV, pero
distribuye los jardines cuadricularmente. Las veinte estatuas de los monarcas
se sitúan longitudinalmente, en dos hileras de diez, a ambos lados del
monumento central.
Durante los años del franquismo se convirtió
en un símbolo político de quienes estaban a favor de la dictadura, debido a que
era allí donde se realizaban las manifestaciones de ensalzamiento al general
Franco
A mediados de los años noventa, durante el
mandato del alcalde José María Álvarez del Manzano, la plaza volvió a ser
remodelada. Se soterró la calle de Bailén, que separaba la plaza propiamente
dicha de la fachada oriental del Palacio Real, de tal forma que la plaza llega
directamente hasta este edificio. También se ganaron otros espacios peatonales
en los aledaños del Teatro Real, al tiempo que se procedió a un nuevo empedrado.
Bajo la plaza se construyó un aparcamiento
subterráneo, dentro de un proyecto que inicialmente contemplaba la creación de
un centro comercial en el subsuelo, idea que finalmente fue desestimada. Las
obras de remodelación, que concluyeron en 1996, estuvieron envueltas de cierta
polémica, ante el descubrimiento de restos arquelógicos, algunos de los cuales
fueron destruidos al considerarse de escaso valor
Citas Célebres:
“La opinión pública es un poder al que nada se
resiste.”
“No sabe más el que más cosas sabe, sino el
que sabe las que más importan.”
“Tómate tiempo en escoger un amigo, per osé
más lento aún en cambiarlo.”
“Vela por tus pensamientos cuando estés solo y
por tus palabras cuando estés con los demás.”
“Es inútil toda polémica si no hay esperanza
de que resulte provechosa.”
“La madurez no está en la edad, está en
la mente.”
“Al hombre que hace todo lo que puede no
debemos decirle que no hace todo lo que debe.”
“El tiempo no solo cura sino que también
reconcilia.”
“Donde la fuerza oprime, la ley quiebra.”
“Mi patria es el mundo y mi religión hacer el
bien.”
“Las cosas son como son porque fueron como
fueron.”
“Todo arte es imitación de la naturaleza.”
“Ir sin amor por la vida es como ir sin
estrella por el mar, como ir al combate son música, como emprender un viaje sin
un libro.”
“El amor mueve el Sol y las estrellas.”
“Lleva tu cruz cantando y no suspirando, en
todo mercado vale más una sonrisa que mil lamentos.”
“Feliz él si descubre sus posibilidades de
dar. Aprenderá por propia experiencia que hay más alegría en dar que en
recibir.”
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